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“Llevará años rehabilitar las pinturas de Santullano”, avisan los expertos

Los restauradores que han trabajado en el templo prerrománico consideran que se puede recuperar buena parte de los frescos originales

Una visita guiada a Santullano. | Miki López

La rehabilitación de los frescos de San Julián de los Prados, el conjunto de pintura mural altomedieval más importante de Europa Occidental, va para largo. Los restauradores que han trabajado en el templo hablan de una intervención de “varios años”, que se ha de hacer con todas las garantías y tras actuar sobre el exterior del edificio, a fin de garantizar el éxito de la rehabilitación. Eso sí: los expertos consideran que se puede recuperar buena parte de las pinturas originales, alteradas y enmascaradas tras una intervención “chapucera” llevada a cabo en los años ochenta del pasado siglo.

El extraordinario valor de los frescos de Santullano y su estado actual, pendiente de una restauración que se está demorando más de la cuenta, han cobrado nueva actualidad estas últimas semanas, debido al éxito de “Santullano, viaje al siglo IX”, una exposición de LA NUEVA ESPAÑA organizada por el Ayuntamiento de Oviedo en el marco del programa de actividades de promoción de Oviedo como Origen del Camino de Santiago, que subvenciona el Gobierno del Principado. La muestra, que estuvo expuesta en Trascorrales desde el 8 de julio hasta este domingo, cuando se clausuró, registró cerca de 7.500 entradas, a un ritmo de prácticamente 300 personas al día. Durante el recorrido, los visitantes podían contemplar una recreación digital de las pinturas de Santullano tal cual lucían en el momento de la construcción del templo, en el siglo IX.

La explosión de luz y color del San Julián de los Prados digital que se podía contemplar en la muestra contrastaba con el estado actual del interior del templo, que a raíz de la apertura de la muestra de Trascorrales también experimentó un incremento de sus visitas. En paralelo, la noticia, revelada en exclusiva por LA NUEVA ESPAÑA, de que el Instituto de Patrimonio Cultural de España (IPCE) exige revocar el exterior del templo antes de intervenir sobre las pinturas, ha reabierto el debate sobre la pertinencia de encalar el edificio prerrománico, aún a costa de alterar su imagen consolidada, para salvaguardar su valioso interior.

A juicio de los restauradores Natalia Díaz-Ordóñez y Jesús Puras, que han trabajado en Santullano, el enlucido es una auténtica necesidad. “Se trata de evitar las causas que producen el deterioro de las pinturas”, señala Díaz-Ordóñez, en consonancia con el dictamen del IPCE, que considera la falta del revoco la “causa fundamental” del deterioro de los valiosos frescos.

Los restauradores añaden otro factor a la ecuación: la restauración realizada por Antoni Llopart y Llibert Anglada en los años ochenta del pasado siglo. “Fue una intervención muy desafortunada”, señala Díaz-Ordóñez. Jesús Puras va aún más allá: “Fue una auténtica chapuza, casi parece que obrasen a mala fe, porque hicieron cosas que hoy están totalmente vetadas en restauración, pero que en aquellos años tampoco eran admisibles”.

Los restauradores señalan que, durante aquella intervención, se practicaron repintes en varias zonas del templo. “Hicieron un falseamiento de la restauración, repintaron la inmensa mayoría de las paredes”, lamenta Puras.

“Tenemos que hacer mucha pedagogía con esto, porque probablemente al hacer la restauración, muchas de esas falsas pinturas que se hicieron en los ochenta desaparezcan, aunque aflorarán otras, que están aún ocultas. Tenemos que ser conscientes de que, al final de la intervención, probablemente tengamos menos superficie de pinturas, aunque serán de más calidad y, en definitiva, serán auténticas”, afirma Díaz-Ordóñez, que como Puras considera que estas pinturas originales son recuperables. Algo que también concluyó la restauradora Montserrat Álvarez Fernández, del IPCE, que tras estudiar in situ la iglesia concluyó que “las posibilidades de recuperación de las pinturas murales medievales de Santullano son óptimas”, tal y como consta en el Libro Blanco del Prerrománico.

Los restauradores, en cualquier caso, alertan de que los plazos para restaurar las pinturas de Santullano se cuentan en años. “Eso tenemos que tenerlo muy claro. Será una restauración larga y por fases. Pero lo más importante es que, cuando se intervenga en Santullano, se hará con todas las garantías”, señala Díaz-Ordóñez.

Puras, por su parte, sostiene que la intervención “no se hará en una sola legislatura”, sino que llevará mucho más tiempo. “Solo dejar que seque el enlucido no se hace en menos de dos o tres años. Y después hay que ir estudiando cómo reacciona el edificio, porque va a registrar cambios ambientales. Tenemos que ser claros: esta es una obra de décadas, en una legislatura no se resuelve ni la primera fase. Por eso, hay que tener altura de miras e ir avanzando”, concluye.

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