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Descubren otros dos habitáculos en el entorno de la villa romana de La Estaca

“El yacimiento sigue creciendo”, indica el arqueólogo Juan Muñiz tras comunicar a Cultura los resultados de un estudio con georradar

Un investigador realiza el estudio de georradar en la zona del yacimiento de La Estaca. | LNE

El asentamiento romano de La Estaca no deja de sorprender. Un reciente estudio con georradar acaba de desvelar la existencia de otras dos construcciones en las inmediaciones del yacimiento que en los últimos años ha sido excavado mediante diversas campañas financiadas en gran parte con donaciones de la Asociación de Amigos de la Villa Romana de La Estaca. El hallazgo consiste en una habitación anexa conectada con el sistema de cañerías descubierto el pasado verano y otro habitáculo aislado cuya fecha de construcción genera dudas a los investigadores.

Los resultados del estudio fueron trasladados hace escasos días a la Consejería de Cultura, que financia este tipo de trabajos “no invasivos” a través de una línea de ayudas para indagaciones sobre el patrimonio asturiano. “Esto deja claro que el yacimiento sigue creciendo”, apunta el arqueólogo Juan Ramón Muñiz, director de las excavaciones realizadas en la zona, satisfecho porque el tiempo les vaya dando la razón sobre el calado de la villa, cuyo origen se estima en torno a los siglos II y III de nuestra era.

Muñiz da por hecha que la habitación anexa “es de la misma época”, si bien se muestra cauteloso sobre el origen de la otra construcción, más apartada. “La técnica de georradar está limitada a la hora de aclarar determinadas cuestiones”, admite confiado en que las sucesivas campañas permitan seguir arrojando luz sobre la construcción reguerana. “Hay potencial para descubrir más cosas”, indica el experto, que lleva ya cuatro años volcado en el yacimiento tras el hallazgo fortuito en una de las habitaciones de la villa de un mosaico romano muy bien conservado y similar a otro hallado a escasos metros a mediados del siglo pasado.

Seguir hoja de ruta

A pesar de la importancia de este descubrimiento, los arqueólogos no tienen previsto variar sus planes. “Independientemente de los avances de los estudios de georradar, seguiremos con el cronograma previsto de seguir excavando tanto las habitaciones ya conocidas como un camino de la construcción”, adelanta Juan Muñiz, convencido de que las próximas campañas aportarán nuevas sorpresas tanto a investigadores como a los muchos vecinos que cada año realizan aportaciones para costear las sucesivas campañas arqueológicas.

Los investigadores esperan que los hallazgos de los últimos veranos, unidos al resultado del estudio de georradar, ayuden a captar algún mecenas interesado en conocer más detalles sobre un asentamiento que podría incluso extenderse por todo el valle del que forma parte La Estaca. “Llevamos tiempo intentando sin éxito obtener fondos de entidades privadas y fundaciones, pero no perdemos todavía la esperanza”, indica el arqueólogo, que cada verano capitanea un grupo de investigadores y voluntarios ansiosos por conocer el origen romano de Las Regueras.

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