–En 2017 vi una publicación en redes sociales de una joven que anunciaba que se iba a suicidar. Leías los comentarios y la gente pedía que alguien llamase a la policía y, finalmente, que los agentes habían llegado, pero habían llegado tarde. Si leías más, veías pistas que había ido dejando en su cuenta. Pensé que debía haber un sistema que alertase y ofreciese ayuda.
Ana Freire (Rábade, 1983), doctora en ingeniería informática y fundadora de STOP, fue la primera ponente de ayer durante las jornadas de Impulso TIC. La gallega presentó su proyecto, una iniciativa que, a través de la inteligencia artificial y el análisis de datos, busca prevenir el suicidio, la depresión y los desórdenes alimenticios en las redes sociales. Su trabajo para prevenir el suicidio lo compagina con la docencia y la investigación en la Barcelona School of Management de la Universidad Pompeu Fabra. Sabe que, por cuestiones legales, no puede rastrear los perfiles, aunque sean públicos y se haga por una buena causa. Así, su proyecto se dedica analizar datos de manera masiva y anónima y lanzar campañas de publicidad dirigida a colectivos vulnerables gracias a la inteligencia artificial. Con su última campaña consiguieron aumentar en un sesenta por ciento las llamadas al teléfono de la esperanza.
–Parece que le han dado la vuelta al algoritmo.
–Esa es la idea. Sabemos que las redes sociales, en muchos casos, fomentan actitudes negativas, sobre todo en jóvenes. Muchas veces suelen llevar a la depresión o trastornos alimenticios. Nosotros tratamos de identificar esas comunidades “negativas”, como las de chicas con trastornos alimenticios y lanzamos campañas de concienciación. El suicidio de muchos jóvenes se puede predecir por su actividad en redes sociales.
–¿Cómo se mueven en redes?
–Muchas jóvenes, la mayoría menores de 19 años, que padecen este tipo de trastornos utilizan hashtags –#proana (a favor de la anorexia) o #promia (a favor de la bulimia)– en Twitter o Instagram para relacionarse en círculos muy cerrados. Eso fue algo que descubrimos con el proyecto.
–Pero se dedicaban al suicidio.
–Sí, pero como tratamos la prevención empezamos a actuar en momentos más tempranos. Los psicólogos con los que trabajamos nos explicaron que el 90% de los suicidios tienen una enfermedad detrás. Suele ser la depresión, que también se puede identificar a través de las redes sociales. Y, analizando la depresión, llegamos a esta comunidad de los trastornos alimenticios, que es enorme y muy rastreable. Ahora lanzamos campañas diferenciadas para cada uno de los grupos.
–¿Las redes sociales favorecen este tipo de comunidades?
–Consideramos que sí. Estamos negociando con algunas redes sociales para que cambien su forma de trabajar y nos ayuden a frenar el impacto de estos círculos. Queremos que dirijan a los usuarios hacia cuentas positivas y contenido que pueda ayudar. A ver si conseguimos que cambien su forma de trabajar.
–¿Cuál es el perfil de riesgo más habitual?
–En redes sociales suelen ser mujeres, chicas jóvenes. Actualmente, el suicidio es la causa de muerte más común entre los jóvenes españoles. Solo en 2020 se han suicidado, que sepamos, 3.941 personas.
–Pero las estadísticas apuntan a que se suicidan más hombres que mujeres.
–Los hombres utilizan métodos más contundentes y son un perfil distinto, no suelen ser tan jóvenes y puede que lo comuniquen menos. Lo que nosotros vemos en redes sociales es una diferencia abrumadora de chicas jóvenes que, incluso, publican sus cortes o hablan de los medicamentos que han comprado. Está a la vista y se puede hacer algo para combatirlo.
–¿Se debe hablar del suicidio? ¿Debe salir en los medios?
–Los psicólogos y psiquiatras dicen que sí, que no debe ser un tabú. Las cifras hablan por sí solas. Se suicida más gente de la que muere en accidentes de tráfico, no puede haber silencio.
El teletrabajo, protagonista en el Calatrava
José García Fanjul, Claudia Isabel Fernández Meana, Farid Fleifel, María Calvo y Jonathan Solís debatieron ayer sobre el futuro del teletrabajo en el Calatrava. La Semana de Impulso TIC termina hoy con una entrega de premios en el hotel Reconquista.
