La Cocina Económica hará todo lo que está en su mano para salvar la cena de Nochebuena. La institución recibe hoy la visita de técnicos de la consejería de Salud encargados de evaluar el riesgo de organizar la multitudinaria celebración de los usuarios habituales en el comedor de la calle San Vicente con la intención de proponer varias soluciones alternativas a un hipotético cierre que chafaría un día marcado en rojo por el personal y voluntario de la organización solidaria. “Los usuarios tienen que comer caliente”, indica Mar Prieto, directiva de la Cocina Económica.
El capital humano de la entidad está dispuesto a doblar su jornada con el fin de extremar la seguridad durante una cita en la que suelen congregar en el comedor a unas 70 u 80 personas. “Si hay que trabajar cinco horas en vez de dos y media para atenderlos a todos y garantizar la seguridad sanitaria lo haremos”, indica la propia Prieto.
El aumento de contagios registrados en los últimos tiempos en la región amenaza con cancelar una cena que en caso de cerrarse los salones se limitaría al reparto de comida en bolsas. La solución no convence a la Cocina Económica, la cual considera que hay alternativas. “Si no podemos salvar la cena a ver si al menos podemos salvar la comida, pero queremos dar una alegría a esta gente”, comentan los voluntarios, que a partir de esta semana confían en empezar a recibir numerosas donaciones por parte de distintas instituciones. “Es una época en la que la solidaridad crece”, apuntan desde la entidad que esta semana está repartiendo 170 menús a diario.