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Tren solidario del Nazaret con destino a la Cocina Económica de Oviedo

Los alumnos del colegio ovetense finalizan su campaña de recogida de alimentos para los más necesitados: "Si me viese en una situación de vulnerabilidad me gustaría recibir este tipo de ayuda"

Arriba, de izquierda a derecha, Vera Barriocanal, Cayetana Cueto, Sergio Fernández y Guillermo García. En la segunda fila, de izquierda a derecha, Ruben Vega, Diego Suárez, Saul Fernández y Mateo Donoso. Abajo, de izquierda a derecha, Catalina Cueto, Calara Fernández y Olaya Vega.

En el colegio Nazaret hay un tren de mercancías. Desde secretaría hacen la llamada el último día de recaudación antes de la partida del cargamento: "Los chicos de la operación kilo a portería". Acuden 11 representantes en nombre de todos el centro, para explicar a LA NUEVA ESPAÑA hacia donde se dirigen las vías de este ferrocarril solidario. Se trata de un proyecto que lleva varias navidades recolectando comida y materiales (como calcetines o servilletas) para los más necesitados. Este 2021 la ayuda va sobre railes y se dirige a la Cocina Económica de Oviedo. "Hemos conseguido muchos alimentos, porque todos los cursos se han implicado", coinciden estos estudiantes, que hoy son el altavoz desde infantil hasta el último año de secundaria. "Me parece una vía muy corta. Debería alargarse.", dice Rubén Vega, que hoy cumple diez años.

-¿Para ayudar aún más?

-Sí, si yo fuera de los que acuden a la Cocina Económica a comer, me gustaría tener todas estas cosas.

Esta es una apreciación extendida entre los jóvenes recaudadores. Según Sergio Fernández, de cuarto de la ESO, uno nunca sabe en qué tesitura puede situarte la vida, y en caso de encontrarse en un momento de vulnerabilidad "siempre se va a agradecer un acto de caridad". Cayetana Cueto insiste: "Es lo más bonito de todo, el gesto solidario hacia otras personas". Por eso, junto a ellos se apiñan multitud de objetos que han colocado con minucia en cada vagón correspondiente. En unos hay legumbres, en otros pasta y arroz; galletas, aceite, azúcar o turrón también participan en este desfile de buenas intenciones.

Los vagones cargados de alimentos del tren solidario del colegio Nazaret E. G. D

"Tenemos una compañera que trajo la bolsa rota del peso que cargaba", cuenta Olaya Vega, de siete años, para ilustrar el alcance de la campaña. Otros añaden que hay quien trae sus donaciones en varios turnos, porque tiene mucho que aportar. Esto supone kilos de alimentos, como se puede leer en su logo; pero también tiene escrito: toneladas de cariño. "Pensamos también en la implicación emocional", explica María Nieves Sainero, organizadora de este proyecto.

Este gesto, fuera de lo material, ha cobrado forma de postal. Los estudiantes compraron tarjetas navideñas con una flor y decoraron la parte trasera con sus propios dibujos, para recordar a las personas en situación de precariedad que no se encuentran solas durante estas fiestas. Bolas con un portal de Belén en su interior, aldeas icónicas de Navidad o los Reyes Magos son algunas de las ideas que los receptores, en la Cocina Económica, encontrarán en los mensajes. Incluso hay quien se ha atrevido con Van Gogh, como Vera Barriocanal (12 años): "Pinté 'La noche estrellada' sobre el nacimiento". Así, saldrá de la estación una locomotora que cargará con mucho nutriente, pero también con una gran porción de compañerismo e ilusión.

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