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Algunos vecinos de Prado de la Vega en la parcela donde se preve situar la gasolinaFERNANDO RODRIGUEZ

Los vecinos de Prado de la Vega se concentran contra la gasolinera: "Nos han engañado"

En Prado de la Vega no hay farmacia, ni parada de taxis; tampoco un bar donde echar la primitiva o zonas sin hormigón para los más pequeños. Sin embargo, pronto contará con varios surtidores de combustible encajados en la plaza de la Enseñanza, algo que enciende a los vecinos. "La zona tendría que pasar a llamarse 'de la Vega' porque ya no hay prao'. Nos van a quitar una de las pocas parcelas con césped para meter una gasolinera", decían desde la asociación de vecinos del barrio durante la concentración que convocaron esta mañana a modo de protesta.

La supuesta estación de servicio comenzó como un rumor. Los operarios que hacían la prospección de la zona le contaron a un viandante que la intención era colocar varios surtidores, pero el Ayuntamiento lo desmintió. Esa posibilidad quedó suspendida en el aire, aparecieron pintadas contra el proyecto y los residentes comenzaron a realizar encuestas y sondeos -90por ciento en contra, 10 por ciento a favor-.

Hace unas semanas el grupo municipal de Vox, aseguró que el Consistorio había cambiado el epígrafe del terreno a “uso comercial” y se adjudicó a una empresa gallega cuyo fin es el desarrollo de unidades de suministro de combustible “low cost". La confirmación de la sospecha corrió de casa en casa, recogió 500 firmas, hasta el día de hoy, y reunió a los habitantes del distrito para plantar cara a la propuesta: "Pensamos que habíamos oído campanas... pero era verdad. Nos han engañado". Y aún sigue habiendo quien ignora la existencia de esta potencial obra.

-Ah, ¿qué van a poner una gasolinera aquí en medio?- preguntaba con estupefacción una mujer que paseaba por la zona y no dudó en sumarse a la causa.

La normativa alega que para su construcción tiene que existir una necesidad, algo que los afectados niegan en rotundo: "Ya hay más de cinco gasolineras en un ratio de kilómetro y medio. Necesitamos el nuevo instituto de La Corredoria, un carril bici y mejoras en la línea de transporte, no combustible". Tampoco les convence la negociación del Ayuntamiento para que los surtidores sean parte de un área comercial. "Nos hemos informado y creemos que puede resultar perjudicial para la salud", dice Cristina Muñoz.

Según afirman, la liberación de sustancias nocivas, como el benceno, pueden causar afecciones pulmonares y riesgo de leucemia: "Muchos vamos a respirar todos esos compuestos cuando abramos las ventanas". Por no hablar, añaden, de las mínimas -pero existentes- posibilidades de una explosión y de las no tan mínimas de sufrir un accidente de tráfico. "Este no es un nudo de carreteras, ni un lugar de gran afluencia de vehículos. Bastante tenemos con las carreras ilegales. Esto aumentará más la circulación y hay muchos niños en el barrio", sostienen desde la organización, arropados por los numerosos padres que han acudido a reclamar. Alrededor cuentan con una guardería, un centro educativo y el hospital: "Estamos hablando de puntos de vulnerabilidad".

Prado de la Vega, al igual que la colindante Corredoria, son zonas en plena expansión y con gran número de jóvenes en las viviendas. Por lo tanto llaman al sentido común, "aunque sea por puro interés comercial". Hay dos nuevos edificios de al menos ocho plantas en construcción y algunos potenciales compradores se han puesto en contacto con los vecinos preocupados por residir junto a una gasolinera.

Es publicidad engañosa, en los carteles aparecen urbanizaciones con bosque y aquí ya no va a quedar nada de verde", denuncian en un llamamiento a las promotoras inmobiliarias para que tomen la palabra, pues van a "perder clientes".

Las formaciones Vox y Somos se acercaron a escuchar las reclamaciones y mostraron su apoyo a los manifestantes, que cada vez están más a disgusto. "Deberíamos plantearnos acudir a la vía jurídica", comentan, ya que hubo un caso similar en Llanes y se ganó el pleito.

Hay descontento, pero también esperanza hacia la reconsideración por arte de Urbanismo. "Creemos que no es tarde. Nos gustaría que se tuvieran en cuenta las verdaderas necesidades de un barrio en crecimiento como el nuestro", aseguran. Más verde en busca de sostenibilidad y menos carburante para Prado de la Vega, sentencian.

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