El padre de la estudiante de medicina que se encontraba en el interior del vehículo tiroteado por la Policía Local de Oviedo ha asegurado este sábado que la intervención fue "un intento de asesinato".

En declaraciones a Europa Press, sostiene que los integrantes del vehículo, su hija y su novio, de 19 y 20 años, son estudiantes de medicina, y habían quedado para estudiar. Defiende además que la versión proporcionada por el Ayuntamiento es "totalmente falsa" y "se demostrará". Lo que ocurrió, ha dicho, es que ambos estudiantes se encontraban en el interior del vehículo, y llegaron "dos señores" pidiéndoles que se identificaran y portando una placa. El chico, conductor del vehículo, "no se fió" de que las placas fueran reales y pidió a los agentes que se identificaran, subiendo en ese momento la ventanilla del coche.

Fue entonces cuando "el policía se avalanzó sobre el coche para intentar abrir la ventanilla", y el chico salió con el coche. Al arrancar "le rozó la pierna con la rueda" y fue cuando, según la versión del padre de la chica, el agente "pegó tres tiros" al coche, uno a la luna de la ventanilla, otro a la aleta, y otro a la puerta del conductor.

Después de emprender la huida, el vehículo fue interceptado en una de las glorietas de La Florida por otros cuatro coches de policía. Allí, relata, "los sacaron a rastras" y detuvieron al conductor. La joven sufrió un ataque de ansiedad.

Su padre explica que la Policía Nacional se está haciendo cargo de la investigación, y ya han llamado a su hija, que no está detenida, para reconstruir los hechos en el lugar y recabar las pruebas necesarias para esclarecer los hechos. Ha apuntado además que "se supone" que los agentes de la Local "se pusieron a registrar el coche", cuando la Policía Nacional aseguró al padre de la chica que la Local "no tiene ninguna autoridad ni potestad para registrar el coche porque pueden desaparecer pruebas".

"Para mi ha sido un intento de asesinato y se demostrará, está la científica con el coche, vamos a ver lo que dice del coche, si los disparos fueron a las ruedas como ellos dicen o a la puerta y la ventanilla", ha agregado.

"Son dos niños, no son delincuentes, que van allí a estudiar, que comen y meriendan allí mientras estudian", ha defendido, asegurando que cuando el agente que disparó llegó a la comisaría de Buenavista para prestar declaración "llegaba 'descojonándose' de risa". "Lo he visto yo al sinvergüenza", ha asegurado. "La diferencia es que mi yerno durmió en los calabozos y este señor se fue", ha lamentado.