Amador Menéndez: "Una hora de sol abastecería la demanda energética de la humanidad un año"

"El mundo vive una epidemia de falta de sueño; estamos despiertos por la noche y medio dormidos por el día", señala el investigador

Amador Menéndez sostiene un vidrio que captura la radiación solar, ayer en el Club Prensa Asturiana. | Luisma Murias

Amador Menéndez sostiene un vidrio que captura la radiación solar, ayer en el Club Prensa Asturiana. | Luisma Murias / M. J. Iglesias

María José Iglesias

María José Iglesias

Al final, por muchos avances científicos que se logren, si el ser humano no duerme lo suficiente es incapaz de llevar una vida equilibrada. Fue uno de los argumentos esgrimidos ayer por el científico Amador Menéndez en una conferencia organizada por Tribuna Ciudadana con motivo de la celebración en 2022 del Año Internacional de las Ciencias Básicas para el Desarrollo Sostenible. Menéndez, investigador de Idonial Centro Tecnológico y coordinador de la Semana de la Ciencia de LA NUEVA ESPAÑA, habló del importante papel que están llamados a desempeñar en el futuro nuevos materiales que se autorepararán o disciplinas como la nanotecnología y la nanofotónica.

Pero por encima de todo "es necesario ajustar los ritmos biológicos a los tecnológicos", según señaló el investigador, que fue presentado por Pedro Sánchez Lazo, presidente de Tribuna y catedrático emérito de Bioquímica y Biología Molecular de la Universidad de Oviedo, que destacó la capacidad de divulgación de Amador Menéndez, "haciendo que lo complejo se entienda de forma sencilla".

El conferenciante, que durante un tiempo investigó en el Instituto de Tecnología de Massachusetts (MIT por las iniciales de su nombre en inglés), alertó sobre la "epidemia de falta de sueño" que sufre parte de la población. "Esta sociedad pasa las noches despierta y los días medio dormida; debemos hacer converger la tecnología con los ritmos biológicos, para preservar la salud, que siempre ha estado regulada por la luz solar", dijo. Para ello, el científico explicó que la luz artificial del futuro será dinámica, y cambiará su intensidad y tonalidad a lo largo del día, imitando al sol.

El público, que llenó el Club, no se perdió ni una coma de las explicaciones de Menéndez, que incluso mostró un vidrio capaz de capturar la radiación del sol. En sus asientos escuchaban numerosos miembros de la comunidad científica y universitaria, como María Fernández, delegada del CSIC en Asturias; José González Rubio, decano del Colegio de Químicos; José Augusto Suárez, decano del Colegio de Ingenieros de Minas, o Santos González, catedrático emérito de Álgebra.

Además de resolver el problema de la carencia de sueño, Amador Menéndez destacó como uno de los grandes retos en salud lograr una quimioterapia a la carta, que sólo ataque a las células malignas, tal como preconizó Isaac Asimov en su libro "Viaje alucinante", que fue llevado al cine. "El escritor hablaba de unas nanopartículas contra el cáncer que mataban selectivamente; estamos cada vez más cerca de lograrlo, con técnicas como la fotofarmacología, que se basa en el empleo de fármacos activados por la luz", explicó.

La necesidad de lograr una energía verde, combatir el cambio climático, conseguir ciudades sostenibles y lograr materiales inteligentes que incluso se autoreparen fueron otras de las cuestiones abordadas por Menéndez, que ahora investiga en el campo de la nanofotónica, una disciplina que persigue el diseño de materiales y dispositivos para la captura, guía y manipulación de la luz, que encuentra aplicación en diferentes ámbitos. "Los materiales del futuro serán inteligentes y dialogarán con su entorno, dando respuestas concretas a estímulos específicos", señaló Menéndez. "La nanotecnología es una ingeniería a escala atómica y molecular que agrupando átomos como las piezas de un Lego posibilita construir a la carta esos materiales con propiedades controladas y para fines específicos", añadió.

Los materiales han jugado un papel crucial a lo largo de la historia de la humanidad. "Se habla de la Edad de Piedra, del Bronce, del Hierro...pero esta era en la que estamos no destaca por ningún material en particular, sino por la capacidad de fabricar materiales con las características deseadas en función de la aplicación", recalcó.

El divulgador científico mostró el papel crucial de estos nuevos materiales a la hora de aprovechar eficientemente la energía solar. "El sol tiene un gran potencial; una sola hora de sol bastaría para abastecer las demandas energéticas de la humanidad durante todo un año. El reto es ser capaces de captar eficientemente toda esa radiación que nos envía", aseguró. Para paliar ese problema, en Idonial y en otros laboratorios del mundo juegan a "atrapar el arco iris". "En definitiva, se trata de desarrollar un cóctel de diferentes materiales, de forma que entre todos sean capaces de atrapar los diferentes colores o longitudes de onda que nos envía el astro rey", abundó Menéndez.

Esa tecnología, conocida como "concentrador solar luminiscente" permitirá convertir las ventanas de las casas en pequeñas centrales fotoeléctricas, capaces de atrapar la luz del sol para transformarla en electricidad. "Podría ser de gran ayuda en el camino hacia los edificios de consumo energético casi nulo", concluyó.