La Agencia de Salud, guinda del pastel biosanitario para Oviedo

La fortaleza científica, el futuro polo tecnológico de La Vega y la reputación regional en gestión sanitaria, bazas de la ciudad para acoger el nuevo órgano nacional

Una imagen del HUCA.

Una imagen del HUCA.

Chus Neira

Chus Neira

El Consejo de Ministros aprobó esta semana el proyecto de ley para la creación de la Agencia Estatal de Salud Pública (Aesap), tal y como estaba previsto en la ley General de Salud Pública de 2011 y como había vuelto a disponer el Plan de Recuperación impulsado tras la pandemia. De momento, el Gobierno central no pondrá en marcha un Centro Estatal de Salud Pública, como estaba previsto hasta ahora, sino una Agencia. Poco más se sabe. Ahora se inicia una tramitación de urgencia y todavía se tardará unos meses en saber qué criterios regirán la composición, puesta en marcha y ubicación de dicho organismo. Dentro del afán descentralizador que ha repartido recientemente agencias estatales por el territorio, varias comunidades se han postulado ya para acoger la de la Salud. Asturias compite, al menos, con Aragón, Extremadura y la Comunidad Valenciana en una carrera incierta desde su nacimiento, en tanto que la ministra Carolina Darias no ha confirmado que en este caso el organismo vaya a salir de Madrid. En contra de esa descentralización pesan los organismos que la Agencia asumiría y que ya están situados en Madrid. A favor, la posibilidad de que la nueva estructura incluya nuevos organismos que sí se puedan establecer fuera de la capital. De momento, el alcalde de Oviedo, Alfredo Canteli, ya ha exigido al presidente Barbón que pelee para lograr traer la Aesap y utilice todos los argumentos en los que los expertos coinciden. La región y la capital del Principado tienen un buen tejido científico, una gestión de Salud Pública ejemplar a nivel nacional y un proyecto de futuro como el del polo tecnológico de La Vega vinculado al mismo sector.

Esas son las armas de Oviedo para pelear por ser la sede de la Agencia Estatal de la Salud, y la mayoría de los expertos consultados coinciden en que sí, el nivel científico en Asturias, en Oviedo, y en el apartado de las ciencias de la vida, es muy alto. Se concentra, además, geográficamente en un territorio muy concreto, junto al HUCA. Allí está buena parte de este talento investigador, un creciente ecosistema innovador de lo sanitario vinculado tanto a organismos públicos como a iniciativas privadas, con muchas relaciones internas y con capacidad para generar tejido empresarial.

A toda esa red embrionaria le falta ahora un empujón para dar un salto cualitativo y cuantitativo. El Gobierno del Principado, a través de la Consejería de Ciencia, quiere darlo con su aportación al próximo convenio sobre la fábrica de armas de La Vega que suscribirán Ayuntamiento de Oviedo, Ministerio de Defensa y Ejecutivo regional. La administración asturiana se quedará, dentro de ese acuerdo, con la nave de cañones de Sánchez del Río y la idea de poner en marcha ahí la idea de un polo biotecnológico, un proyecto que ya han bautizado como "La Vega Salud Tech" y al que han vinculado a la Fundación para la Investigación y la Innovación Biosanitaria del Principado de Asturias (Finba), al gran centro tecnológico de referencia en Asturias, Idonial, y a la Cámara de Comercio de Oviedo.

La red investigadora de la sanidad de Oviedo

La red investigadora de la sanidad de Oviedo

Para echar a andar ese proyecto el Gobierno regional anda ya detrás de una incubadora de proyectos de inteligencia artificial y Salud que la fundación Incyde lanzará dentro de pocas semanas para Asturias. La otra pata que podría consolidar esa idea del parque empresarial especializado en Salud sería la Agencia de la Salud, o la parte que Madrid decida finalmente externalizar.

Esa pieza reforzaría el tejido público-privado biomédico ya existente y que suma, según estimaciones realizadas por este periódico hace un año, cerca de 1.400 investigadores y trabajadores, y que mueve en conjunto un presupuesto que ronda los diez millones de euros anuales.

A la cabeza de todo ese ecosistema está el Hospital Universitario Central de Asturias (HUCA), que cobija la mayor parte de proyectos biosanitarios. En su nuevo emplazamiento en La Cadellada, en el nuevo "gran Oviedo" que crece por el Este, tiene de vecina, en el mismo recinto sanitario, a la Fundación para la Investigación y la Innovación Biosanitaria del Principado de Asturias, nacida en 2014, con tres patas (el Principado, la Universidad y el Ayuntamiento de Oviedo) y diez socios privados. Su objetivo fundacional es "impulsar, apoyar, gestionar y difundir la investigación, el desarrollo científico-tecnológico y la innovación biosanitaria como factores de desarrollo regional, dentro de los objetivos de política institucional propuestos por la Administración del Principado de Asturias". Dos años más tarde, en 2016, se creó el Instituto de Investigación Sanitaria del Principado de Asturias (ISPA), gestionado por la Fundación y con un organigrama entrelazado. El ISPA cuenta con 47 grupos de investigación y ofrece, además, una serie de plataformas y servicios básicos para la actividad investigadora en la región.

La otra gran baza de Oviedo y Asturias en lo sanitario es la que aporta el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), con cuatro centros: el Instituto de Ciencia y Tecnología del Carbono (Incar) de Oviedo; el Instituto de Productos Lácteos de Asturias (IPLA), a punto de inaugurar nueva ubicación en La Corredoria; la unidad mixta de investigación del CSIC, Universidad de Oviedo y Principado de Asturias (UMIB), y el Centro de Investigación de Nanomateriales y Nanotecnología (CINN), con sede en El Entrego pero también está presente en facultades y centros de investigación de Oviedo, como el ISPA. El CSIC en Asturias son 27 grupos de investigación, 144 personas vinculadas a sus proyectos y una en personal cercana a los 6 millones de euros.

La Universidad de Oviedo, está presente en casi todos estos proyectos, pero aporta, además, sus departamentos de Medicina, Biología y Química y sus institutos de investigación, como el Instituto Universitario de Oncología (IUOPA) o el Instituto Universitario de Biotecnología de Asturias (IUBA)

Dentro del panorama de la sanidad privada, Oviedo suma también el vivero de empresas de la salud, Vivarium, un semillero empresarial municipal que empezó a despegar en 2017, de la mano del CSIC y la Universidad. En la actualidad, tres empresas trabajan allí y copan casi todos los metros cuadrados disponibles: Metrohm-DropSens, Healthens y Upintelligence. No hay que olvidar al instituto Oftalmológico Fernández-Vega, uno de los grandes centros privados de investigación y tratamiento biosanitario de la región y su Fundación de Investigación Oftalmológica (FIO), o al Instituto de Medicina Oncológica y Molecular de Asturias (Imoma).

Las políticas regionales de Salud Pública y los buenos datos que Asturias ha ofrecido siempre en los rankings regionales redondean ese panorama tan atractivo para que florezca aquí la Agencia de la Salud.

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