El personal de la Escuela de Minas exige conocer "su futuro laboral"

La asociación de afectados por el traslado asegura que algunas de las clases prácticas se tendrán que impartir en Oviedo

Juan José del Campo. | Miki López

Juan José del Campo. | Miki López / José Luis Salinas

José Luis Salinas

José Luis Salinas

El personal de administración y servicios (PAS) del edificio de la Escuela de Minas de Oviedo –formado por una veintena de trabajadores– ha remitido un escrito a la gerencia de la Universidad de Oviedo, a la junta de personal no docente y al comité de empresa para saber qué va a ser de su futuro laboral, una vez que los estudios sean trasladados a Mieres. En la carta critican la incertidumbre que el traslado les está generando y piden que se les informe debidamente ante cualquier modificación y que se les "tenga en cuenta en este proceso al estar afectados por el mismo".

No son los primeros en protestar. Previamente, los estudiantes de la Escuela habían remitido también un escrito a la dirección de la Universidad exigiendo que se les aclarara su futuro. "Estamos en un punto del proceso en el que hay una gran confusión", asegura Juan José del Campo, presidente del conocido como "Think tank" Escuela de Minas 2050, una asociación que reúne en sus filas a antiguos y actuales estudiantes del centro, a profesores y también a parte del personal administrativo.

Y agrega: "No sabemos si en la Escuela va a haber actividad el año que viene o no, no hay nada claro". Lo dice porque, en una reciente reunión, la dirección de la Universidad informó a los profesores de que no iba a ser posible trasladar todos los equipos que ahora mismo alberga la Escuela de Minas, con lo que el año que viene los alumnos que realicen estos estudios en Mieres tendría que hacer "salidas de campo" a Oviedo para impartir parte de las prácticas. En el caso de que el viaje no fuera posible las prácticas se harían de forma simulada. "No está claro si aquí va a haber actividad, quién va a estar en el edificio, ni cómo se va a asegurar la calidad docente", asegura Del Campo, "lo único que se aprecia es un interés inusitado en que la docencia se imparta en Mieres el próximo año, lo que está generando intranquilidad entre los alumnos y el personal".

La propia asociación ha realizado varias peticiones pidiendo información sobre el proceso y solicitando poder personarse como parte implicada para conocer los detalles de la mudanza. Lo hicieron mediante un escrito al Consejo de Transparencia de Gobierno; otro al Consejo de la Universidad; uno más frente a la Agencia Nacional de Evaluación de la Calidad y Acreditación (ANECA) –que hace unos días dio su respaldo al traslado– que, según Del Campo, todavía no han recibido respuesta, "aunque es verdad que todavía estamos dentro de los plazos legales (que son de tres meses) para que se haga". También criticó que durante estos últimos meses "no hemos recibido ninguna explicación de las razones por las que la Escuela se debe extinguir, la única es que se debe respetar la autonomía universitaria, que es algo que está cogido con pinzas". La propuesta de esta asociación, compartida con el Ayuntamiento, es la de crear un campus politécnico en el Cristo. Y avisa: "No vamos a admitir que la polémica se tenga que acabar porque lo diga Rector, nosotros defenderemos nuestra postura los años que sean necesarios".

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