"Los toros en Gijón y la ópera en Oviedo": la crónica de la jornada de Canteli en la Feria de Muestras

A las once y media de la mañana, la cola para entrar en el stand de Oviedo en la Feria Internacional de Muestras (FIDMA) de Gijón es ya muy numerosa. Mucho. Los visitantes entran, contemplan los paneles con imágenes de la Catedral; del campo de San Francisco; del menú del Desarme; y una foto aérea de la ciudad; se paran ante las camisetas del Real Oviedo; cogen una bolsa, un caramelo, y se van a hacerse una foto con una réplica de la estatua de Mafalda. También los hay que antes de empezar ese recorrido toman una sidra de Gascona y se llevan una bolsa con un bollo preñao dentro.

A esa hora misma hora es también a la que llegan los representantes de la corporación municipal al stand ovetense, encabezados por el alcalde, Alfredo Canteli, y un buen número de concejales. Entre ellos, los dos vicealcaldes, Mario Arias y Nacho Cuesta, además de una amplia representación de ediles de la oposición.

En la fila que espera a entrar en el "stand" comienzan los codazos. "Mira, es el alcalde", dice uno. La frase, con alguna que otra alteración en las formas y en la entonación, iba a ir repitiéndose durante las cinco horas que el regidor permaneció en la Feria. Similares comentarios levantó la amplia comitiva del Real Oviedo que encabezó su presidente Martín Peláez, acompañado de, entre otros, el exfutbolista carbayón, Carlos Muñoz.

Lo primero fue la foto en familia. Allí se apuntaron todos los miembros de la corporación municipal, no solo los del equipo de Gobierno, también había concejales del PSOE; de IU-Convocatoria por Oviedo; y de Vox. Además, de la alcaldesa de Gijón, Carmen Moriyón, tres ediles foristas, Jesús Martínez Salvador y Jorge González-Palacios; y uno del PP gijonés, Guzmán Pendás.

Dentro del stand de Oviedo, el calor aprieta. Canteli lo define como un espacio "pequeño, pero coqueto y acogedor". No cabe un alfiler. El presidente de la Cámara de Comercio de Gijón Félix Baragaño, aprovecha el día para firmar un convenio con el de la Ópera de Oviedo, Juan Carlos Rodríguez-Ovejero. La entidad cameral se incorpora como patrocinador de latemporada. Rodríguez-Ovejero, aprovechando la proximidad de las cámaras, reta a Martín Peláez. "Seguro que al Real Oviedo le gustará entrar a colaborar con nosotros , dice. Y Baragaño asegura que la capital asturiana, que durante muchos años faltó a su cita con la Feria, tiene tirón. "Siempre que ha tenido stand propio se ha notado un incremento de los visitantes", señala. El año pasado fueron 43.000 los que habían pasado por el "coqueto" stand carbayón. Este año, aún a unos días de que la Feria eche el telón, van más de 50.000. Toda una marea de bolsas azules, que era el obsequio que el consistorio daba a los visitantes.

Lo que no hubo fue competencia entre Oviedo y Gijón. Todo lo contrario. Hubo buen rollo. Canteli felicitó a la regidora gijonesa, Carmen Moriyón, por haber recuperado los toros en Gijón como complemento a los actos culturales de la capital. Lo resumió gráficamente con la siguiente frase: "Los toros en Gijón, la ópera en Oviedo".

Una vez acabado el protocolo, Alfredo Canteli inició un paseo por la Feria gijonesa y pasó por muchos de los negocios ovetenses que tienen su presencia en la FIDMA. Saludó a los responsables de la vermutería La Paloma; a los de la heladería Verdú; comprobó cómo son los nuevos vehículos autónomos de Alsa, los que ya no necesitan conductor; pasó por stands vecinos como el del grupo Masaveu, donde fue recibido de forma calurosa por su director de relaciones institucionales, José Luis Sáez de Santamaría; o el de la Universidad de Oviedo.

Durante su recorrido, el regidor gastó 30 euros en lotería de Navidad de la asociación contra el cáncer, vio zapatos, cremas y comió en El Cuco, otra de las compañías ovetenses. El regidor en su paseo saludó a numerosos vecinos y conocidos. Dio abrazos e incontables besos y apretones de manos.

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