Del Club de Tenis al Mont-Blanc en 36 horas

Diego Muñiz, camarero en la sede de General Zuvillaga, logra finalizar los 170 kilómetros de la clásica "ultra-trail" de los Alpes

Diego Muñiz, tras completar la  prueba.

Diego Muñiz, tras completar la prueba.

Elena San Emeterio

Del Club de Tenis de Oviedo al Mont-Blanc, en los Alpes, hay toda una carrera de fondo que ha llevado a Diego Muñiz a conquistar uno de sus retos. Camarero en la sede de General Zuvillaga y corredor de competiciones de larga distancia de montaña, Muñiz acaba de lograr competir y finalizar en la gran clásica europea de las "ultra-trails", la UTMB Mont-Blanc, 170 kilómetros entre Francia, Italia y Suiza y un desnivel positivo de 10.000 metros que ha cubierto en 36 horas.

Diego Muñiz, en el Mont-Blanc.

Diego Muñiz, en el Mont-Blanc. / Elena San Emeterio

Pese a la dificultad para compaginar su trabajo de camarero con las carreras, Muñiz logra hacerlo con éxito, compitiendo en pruebas tanto de ámbito nacional como internacional. "He corrido en países como Italia, Grecia o Suiza", explica Muñiz, "y agradezco especialmente el apoyo de mis compañeros, porque cuando sale una carrera no tienen problema en cambiar y reorganizar turnos; me siento muy querido y apoyado".

La rutina de Muñiz incluye duros entrenamientos que forman parte importante de su día a día. No entrena más de 3 horas los días que trabaja. Sin embargo, los fines de semana estas sesiones se alargan hasta las 5, 6 o 7 horas. Así, ha conseguido participar en la carrera "UTMB Mont-Blanc", con salida y llegada en Chamonix. Esta prueba es la carrera más destacada para los atletas de "ultra-trail". Participan en la versión de 170 kilómetros unas 2.300 personas seleccionadas entre las más de 14.000 candidaturas recibidas.

"Primero tienes que acreditar un número de puntos, que se otorgan en función de las carreras en que el solicitante haya participado ese año. Después, se realiza un sorteo. Lo bueno es que si después de la tercera solicitud no sales en el sorteo, la siguiente entras seguro. Quieren dar una oportunidad a todo el mundo", explica Diego Muñiz.

Prueba límite por su larga distancia y los desniveles que la caracterizan en la que se recorre el Mont-Blanc a Muñiz no le ha defraudado la experiencia: "Las vistas son preciosas, se da la vuelta a la montaña y durante toda la carrera puedes contemplar el glaciar", cuenta.

A lo largo del recorrido, tanto la fuerza física como la mental se ponen prueba. "En esos momentos no puedes dejar que las nubes negras inunden tu mente, hay que mantenerse positivo y disfrutar, decir; sí puedo", confiesa Muñiz. El corredor reconoce que le impresionó la cantidad de participantes que dormían en el camino: "Llegué a ver hasta 60". "Al principio me preocupaba y preguntaba si estaban bien, después intentaba no molestar al pasar", comenta. Todo ello a pesar de contar con hasta 15 paradas de avituallamiento a lo largo de todo el recorrido. En ellas se puede desde rellenar la botella de agua, hasta dormir un ratito, pasando por descansar o comer. "Había sándwiches, gominolas, arroz e incluso pasta, la logística de la carrera es impresionante", enumera. De vuelta a casa, está convencido de que no olvidará su paseo por los Alpes de 36 horas: "Es una experiencia que merece la pena probar una vez en la vida".

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