Oviedo se empapa en El Fontán de la tradición sidrera

Algunos valientes anteponen las castañas a la lluvia en el Amagüestu organizado por la asociación del Oviedo Redondo

Desde la izquierda, Nico Arias, Ethel González y Pablo Rodríguez, en el taller de mayao.

Desde la izquierda, Nico Arias, Ethel González y Pablo Rodríguez, en el taller de mayao. / David Cabo

Con la que estaba cayendo ayer, había que ser un valiente para acercarse al Amagüestu del Fontán, pero el amor por la sidra dulce y las castañas está por encima de cualquier temporal. A las seis de la tarde, el castañero comenzó a asar y a desprender su olor inconfundible que anuncia que estamos en otoño. A escasos metros, también se sirve sidra dulce y empiezan el taller de mayao y el resto de juegos infantiles Todo organizado por la asociación vecinal del Oviedo Redondo para "conservar de la tradición y fomentar la unión entre los vecinos del Antiguo".

Óscar Ríos y Rocío Cuenca posan junto a su puesto de castañas situado en la plaza Daoiz y Velarde, ayer en Oviedo. | David Cabo

Óscar Ríos y Rocío Cuenca posan junto a su puesto de castañas situado en la plaza Daoiz y Velarde, ayer en Oviedo. | David Cabo / Víctor DelgadoF. V.

El taller de mayao era el plato fuerte de las actividades y así se demostró. Muchos niños cogieron el mayu y descubrieron el proceso tradicional de convertir la manzana en sidra. "Pesa mucho este palo", decía uno de los pequeños mientras poco a poco le iba cogiendo el tranquillo. A algunos, la sidra y las castañas no les dan más, pero siempre se apuntan a una fiesta. Nico Arias, Ethel González y Pablo Rodríguez se pusieron la capucha sin pensarlo y mayaron durante varios minutos de manera incansable. Varios kilos de manzana fueron compradas a un pequeño productor de la zona de Grado, que pasaron por la duerna y por el llagar improvisados en la plaza, bajo una pequeña carpa.

Este era el primer Amagüestu en la calle de muchos de los niños, que conocen su historia por el colegio, donde lo celebran cada mes de noviembre. Para los más pequeños también hubo juegos, de los que disfrutaron en familia Carmen y Helena Hevia, madre e hija entregadas a hacer formas con globos. La ambientación infantil corrió a cargo del grupo "Sueños de Papel", mientras que el grupo de baile tradicional de Fitoria puso música al mal tiempo.

Los clientes que se acercaron al Fontán podían adquirir un vale por cinco euros para coger un cucurucho de castañas y un vaso en el que probar la sidra dulce. Se mantiene el mismo precio que en la anterior edición, aunque el producto ha subido.

Festival de la castaña en Las Regueras

El Amagüestu de la asociación no pudo repetir el éxito de asistencia que tuvo el pasado año, donde el tiempo sí respetó y acercó a más familias a los puestos. "Llegamos a tener a 72 niños a la vez en los diferentes puestos", aseguraron desde la organización. Por desgracia para ellos, la lluvia no cesó durante toda la tarde de ayer y rebajó las expectativas de niños y también de la venta de sidra dulce y castañas. Antes de la actividad se preveía servir entre 250 y 300 litros de sidra y la misma cantidad en kilos del fruto tradicional del otoño. No obstante, el ritmo de ventas no era del todo malo según los propietarios del puesto de castañas, Óscar Ríos y Rocío Cuenca. "Es una pena este día tan malo, pero a la gente que le gusta viene igual". Así lo confirma Flor Tejo, que degustaba la combinación completa del Amagüestu: "Está buenísimo. La solución es coger un paraguas y ya está".

Las Regueras celebra este fin de semana el XXIII Certamen Exposición de la castaña valduna en el que se darán cita 36 expositores agroalimentarios y de artesanía. Los mejores lotes de castaña optan a premio en un año en el que el fruto autóctono es más escaso por la falta de lluvia. El certamen comenzará hoy, a las 12.00 horas, con el pregón de Rocío Díaz Ruiz, joven ingeniera vinculada al medio rural. Por la tarde habrá amagüestu, muestras de folclore y oficios tradicionales y el tradicional Festival de Tonada. El certamen seguirá mañana.

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