Nostalgia escolar en Oviedo: el volver a ser "un poco niños" de la promoción de 1980 del Loyola

Los Alumnos de del colegio ovetense nacidos en el 62 se reencuentran para compartir recuerdos y reforzar una unión que perdura tras 43 años

Los antiguos alumnos del colegio Loyola que asistieron al encuentro, ante el gran tonel de sidra de Gascona.

Los antiguos alumnos del colegio Loyola que asistieron al encuentro, ante el gran tonel de sidra de Gascona. / David Cabo

Cuarenta y tres años después de cerrar la etapa escolar en el colegio Loyola, alrededor de una treintena de antiguos estudiantes se volvieron a encontrar ayer para compartir recuerdos. "Nos fortalece mucho mantener el contacto y la amistad", asegura el magistrado José Ramón Chaves, uno de los alumnos que concluyó sus estudios en el centro en 1980 y que se reunieron en la calle Gascona de Oviedo para compartir la jornada.

La mayor parte de los asistentes, que nacieron en 1962, pasaron juntos catorce años de formación en el colegio de los Padres Escolapios, que abandonaron después de concluir COU. Tras un periodo de unos quince años "en los que cada uno se fue a buscar su espacio laboral y familiar, reforzamos la amistad y nos sentimos unidos y con una corriente de afecto invisible pero muy real", apunta el magistrado adscrito a la sala de lo Contencioso-Administrativo del Tribunal Superior de Justicia de Asturias (TSJA).

"Guardamos recuerdos entrañables", aseguran los asistentes al encuentro de la promoción de 1980. Estas reuniones, que ya mantuvieron en alguna otra ocasión, como cuando se cumplieron los 25 años, refrescar aquellas experiencias de juventud, señala Ángel de la Fuente Martínez, inspector de Educación. Y, añade Chaves: "Volver a ser un poco niños". De aquella etapa educativa queda "lo positivo de una educación sin fanatismos", con "gran libertad y en la que nos enseñaron disciplina y esfuerzo", asevera.

De la Fuente resalta que estudiaron en "una congregación que fue muy avanzada para su tiempo". A los estudiantes de esta promoción, previa a la implantación de la educación mixta en el centro, les pilló en el colegio, al que acudían entonces alrededor de 3.000 alumnos, la aprobación de la Constitución.

Estudiantes de la promoción del 80, posando ante el monasterio de El Escorial durante un viaje de estudios.

Estudiantes de la promoción del 80, posando ante el monasterio de El Escorial durante un viaje de estudios. / LNE

Desde Madrid se trasladó para participar en el reencuentro Andrés Domínguez, prejubilado que trabajó en IBM. "Llegué ayer (por el viernes) y casi estreno el AVE para venir", señala. "Hay que hacerlo todos los años", defiende Domínguez, que recuerda "los tiempos felices" pasados en el centro del Naranco, "sin responsabilidades". Al pasar tanto tiempo en el centro con la misma gente, subraya, "te quedan muchos dichos, muchas costumbres y muchos recuerdos que te vienen a a cabeza frecuentemente".

Las amistades que haces entonces, sostiene el procurador Rafael Serrano, "duran toda la vida". Y, además, ahora "las nuevas tecnologías ayudan mucho para localizar a los compañeros". La promoción, con varios de los exalumnos que ya han cerrado su trayectoria laboral, echa la vista atrás, hacia la etapa de formación y hacia sus profesores. De la Fuente recuerda a Luis Vigil, profesor de Lengua "que era muy exigente", y Chaves al "padre Salsamendi, que nos enseñó la seriedad de la investigación en Biología; a don César, referente de seriedad, a Constantino Suárez, que nos enseñó el valor de la serenidad, y a Juan Cueto".

Los exalumnos del colegio Loyola de la promoción de 1980 se hicieron una fotografía delante del gran tonel de sidra de Gascona para compartir a continuación una comida. Allí se proyectó un vídeo y se recordaron anécdotas de aquellos años en el centro.

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