Los que quedan en Tudela Veguín, el pequeño gran colegio

Los 38 alumnos del centro, con espacio para albergar a los 200 estudiantes que llegó a tener, aprenden en tres aulas mixtas y cultivan los tomates cherry en dos bancales del huerto interior

En el colegio de Tudela Veguín, el más pequeño del municipio de Oviedo, se cultivan tomates en miniatura. Con 38 alumnos, el centro que reúne a menos escolares del concejo dispone de un rincón interior, muy soleado, donde crecen los diminutos cherry. Xana Riesgo, Eva González, Noé Garrido y Zahara Brito riegan con mimo los tomates cereza. Los estudiantes de Infantil y Primaria los han plantado en dos bancales ubicados uno al lado del otro.

"Primero hicimos el hueco y pusimos la semilla y echamos agua", explica Zahara Brito. Cuando las plantas, comenta mientras riega, "crecieron un poco les pusimos unos palos y las sujetamos con cuerdas para que no se caigan". Y según aumentaron de tamaño los tomates "cambiamos los palos". Al lado del huerto interior del colegio de Tudela Veguín se guardan los juegos que los niños utilizan en el patio durante el recreo. "Para cada día se han fijado unos juegos", indican los profesores.

El centro cuenta con nueve docentes, cuatro de ellos a jornada completa. En los años 90 llegó a reunir a dos centenares de alumnos con instalaciones adecuadas a esas dimensiones y a las que ahora acuden a clase cerca de 40 niños. "Tenemos dos canchas polideportivas y aulas grandes para diversas actividades", asegura el director, Daniel Álvarez, sobre un colegio distribuido en dos alas. En una de ellas se ha habilitado el comedor y el salón de actos. En la otra, las aulas.

El bajo número de alumnos del centro permite que el trato sea "muy familiar", sostiene la profesora Noelia Fernández, que añade que "todos están muy pendientes de todos". "La atención es personalizada", apunta el director. Y la relación con las familias es "directa".

Antes de entrar al edificio, a sus espaldas queda el mural dedicado al hijo más ilustre de Tudela Veguín, Tino Casal. En la fachada del edificio situado justo enfrente del colegio, el artista Xav plasmó, dentro del programa "Parees", el rostro del músico, que fue nombrado Hijo predilecto de Oviedo. Dentro hay tres aulas mixtas.

Los niños de toda la etapa de Infantil comparten clase. Desde los tres a los cinco años de edad se sientan juntos y asisten a las indicaciones de su profesora, Noelia Fernández. Cada día celebran una asamblea y uno de los alumnos es nombrado encargado. El de esta jornada es Leire Suárez, que se dirige a la pantalla interactiva y coge el lápiz para escribir. Y ayuda también a los más pequeños a plasmar sus letras.

En la amplia clase, donde acuden siete alumnos de Infantil, "Wifo" es la mascota. "Este trimestre vamos a investigar el antiguo Egipto", afirma la docente. En el aula hay mucho material manipulativo y un rincón de reciclaje. En una de las paredes se ha escrito la frase: "Leer es soñar con los ojos abiertos". Y después del recreo se escucha música relajante para concentrarse y volver al aprendizaje. Se trabaja por proyectos, con los que se logra reforzar "su curiosidad por aprender".

Los estudiantes de primero, segundo y tercero comparten otra de las clases. Sentados en grupos por cursos, los quince alumnos se aplican en la asignatura de Inglés. Susana Álvarez es la tutora del aula aunque a las clases, al reunir a tres cursos, se suman en ocasiones otros profesores. "Hacemos docencia compartida, especialmente en Lengua, Matemáticas y Ciencias", indica. Este es un colegio "muy familiar", dice la profesora, que resalta la ayuda que se brindan los compañeros unos a otros.

Los últimos tres cursos de la etapa de Primaria, de cuarto a sexto, ocupan la otra clase de las tres que funcionan en el centro de Tudela Veguín. "Trabajan muy bien juntos", señala Daniel Álvarez. Los estudiantes preparan un control de Lengua y repasan los diptongos y los hiatos. El colegio de Tudela Veguín tiene pantallas interactivas en las tres aulas y los niños disponen de ordenadores, tablets o miniportátiles, dependiendo del curso.

La matrícula en el colegio creció ya que pasó de los 30 a los 38 alumnos. Al centro se desplazan niños de Tudela Veguín pero también de otros núcleos del entorno como Tudela Agüeria y Anieves. Funciona una ruta de transporte escolar y al comedor se quedan alrededor del 60% de los niños que acuden a clase al centro de Tudela Veguín. Situado en el municipio de Oviedo, está muy cerca del límite con Langreo. Menos de una decena de kilómetros lo separan de los dos colegios más próximos, ubicados uno en Olloniego y otro en Riaño. Los niños que acuden al centro se desplazan, cuando finalizan su formación en Primaria, al IES Leopoldo Alas "Clarín", en el barrio ovetense de Otero, para iniciar primero de ESO.

El colegio, que abrió vinculado a la Compañía de Cementos Tudela Veguín, cuida el reciclaje. "Ha sido distinguido por Cogersa (Consorcio para la Gestión de los Residuos Sólidos de Asturias) como centro RR", señala Noelia Fernández. Logró este galardón por tener implantada la recogida separada y haber puesto en marcha un proyecto para la reducción, la reutilización y el reciclaje. En Educación Física, se plantea a los alumnos "desafíos cooperativos". El equipo directivo destaca la implicación de las familias, que "participan en las actividades programadas en el centro".

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