José Valdeón: "Asturias tiene un patrimonio enorme de jardines merecedor de mejor trato"

"El jardín paisajista es un cuadro en 3D", afirma en el RIDEA el experto en un viaje por el tiempo de un concepto "esencial de la historia del arte"

José Valdeón, ayer, durante su conferencia en el RIDEA.

José Valdeón, ayer, durante su conferencia en el RIDEA. / Fernando Rodríguez

Tino Pertierra

Tino Pertierra

Hay muchos jardines con mucha historia detrás. Y más si el guía que los recorre es un experto del paisajismo como José Valdeón, capaz de iniciar un viaje didáctico con amor y humor que arranca en el Edén y puede terminar en el guiso estético de la "faba" a la entrada de Oviedo. "Los ecos del paraíso en el jardín contemporáneo. Del patrimonio de jardines en Asturias al paisajismo urbano en nuestros días" fue el título de su conferencia en el Real Instituto de Estudios Asturianos (RIDEA), aunque, como advirtió al principio, la charla tendría alguna que otra sorpresa.

Valdeón, responsable de la restauración del parque Vicente Loriente de Castropol con motivo de su centenario, el Jardín Francés de Ferrera, en Avilés, o el de la Universidad Laboral, en Gijón, se mostró feliz de que "por fin el jardín entra en el RIDEA". El concepto de jardín como "parte esencial de la historia del Arte. De la cultura. Y como tal debería ser tratado". Paseó Valdeón por el jardín en la tradición y memoria colectiva judeocristiana y musulmana. Lo expuso como muestra de poder y, a la vez, al igual que ocurre con otras artes, como motivo de expresión colectiva, de belleza, de pura obra de arte. En fin: un fenómeno histórico, sociológico y colectivo mucho más relevante que la acepción de la RAE propone. Asturias, dejó bien claro, "cuenta con un enorme patrimonio de jardines merecedor de ser mejor tratado".

Viajó al jardín que se integra en el pasado industrial alemán sin borrarlo. Enriqueciéndolo. Trazó el recorrido del jardín como ámbito público en el siglo XIX: Central Park (Olmsted, Nueva York), Le Bois de Boulogne (Haussmann, París)… Antes, parada asombrada en los jardines renacentistas y los secretos de Versalles. Paisajismo británico que se engarza con la pintura y se adentra en la profundidad. Por cierto: anexo a una revolución política y social. "El jardín paisajista es un cuadro en 3D", afirmó Valdeón mientras daba sobradas pruebas visuales de obras maestras y muestras de genios. "Portugal, amor de mis amores"... El país vecino es rico en tesoros. Con la época victoriana se llegó "a la sobrecarga de todo". Una gran exageración. Nada que ver con el concepto de "house beautiful" plantado en Estados Unidos y que era la ruptura del corsé victoriano. Relató su propia experiencia como jardinero ávido de aprender en una ruina de palacio británico comprada por unos millonarios que buscaban una alta clase floral. La Alhambra como joya española, "de lo mejor del mundo islámico". En la sencillez está el mensaje. Debilidad por los jardines del Palacio de Valdesoto, en Siero, o los del Conde de la Vega del Sella, ambos declarados históricos por el Principado. En el primero llegó a conocer al jardinero, "sus recuerdos eran de él limpiando hierbinas con su padre". Claro: un jardín vivo siempre vive en la memoria de quienes lo cuidan y visitan. Como el de Selgas, "ejemplo de conservación, maravilloso, único, con un rododendro de tres metros y pico que en primavera está para pedirle matrimonio".

Y un par de apuntes para gobernantes actuales: "La plaza dura no es obligatoria". "Los jardines necesitan mantenimiento. Jardineros. Presupuesto". Ojo: "Hay que ir a ellos, no verlos solo en fotos. Sentirlos. Vivirlos". Son un paraíso.

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