El Prado se expone en Oviedo con "una lectura de lecturas" de doce fotógrafos

Los artistas enfocan miradas a obras maestras y al propio edificio en 24 fotografías pertenecientes a la colección de Banco Sabadell

Dos de las obras que se muestran en la exposición, creadas por Cristina de Middel.

Dos de las obras que se muestran en la exposición, creadas por Cristina de Middel. / Irma Collín

Tino Pertierra

Tino Pertierra

Miradas de artistas sobre la mirada de otros artistas. La muestra "Doce fotógrafos en el Museo del Prado. Colección de Arte Banco Sabadell" enfoca en 24 fotografías distintos puntos de la pinacoteca madrileña contrapuestos de dos en dos. La edición ha sido realizada por la Fundación Amigos del Museo del Prado dentro del bicentenario del Museo. Además se proyectan tres vídeos del proceso que siguieron los doce artistas: José Manuel Ballester, Bleda&Rosa, Javier Campano, Joan Fontcuberta, Alberto García-Alix, Perre Gonnord, Chema Madoz, Cristina de Middel, Isabel Muñoz, Aitor Ortinz, Pilar Pequeño y Javier Vallhonrat. Objetivo: materializar en papel unas miradas que son testimonio del poder evocador del Prado y de la capacidad creadora de los fotógrafos, que se han inspirado no solo en las obras sino también en el aura que les envuelve, en el edificio que las acoge y en aquellos que las contemplan. Autores de tres generaciones distintas y con formas diversas de desarrollar la fotografía.

Por la izquierda, Pablo Junceda, Montse Corominas, Inés Cobo y Vanessa Gutiérrez. | Irma Collín

Por la izquierda, Pablo Junceda, Montse Corominas, Inés Cobo y Vanessa Gutiérrez. | Irma Collín / Tino Pertierra

La consejera de Cultura, Política Llíngüística y Deporte, Vanessa Gutiérrez, asistió a la inauguración acompañada por el director general adjunto del Banco Sabadell, Pablo Junceda, y la directora de la colección de arte del Sabadell, Montse Corominas, además de Inés Cobo, de la Fundación Amigos del Museo del Prado, que realizó una sugerente visita guiada a la muestra.

Destacó Junceda que esta exposición es además una forma de celebrar la muestra número 70 que acoge la sala. Y aplaudió la "magnífica colaboración" con el Principado. El arte y la cultura, recordó, es "un gran activo" de Asturias. Los asturianos, señaló con humor, "como dicen que somos muy grandones siempre tratamos de buscar efemérides en todo lo que hacemos. Como hoy. Es un lujo establecer este diálogo en formato de arte viniendo Madrid a Asturias, y no al revés. Algo muy especial".

Algo que ensalzó también la consejera, gran defensora del trabajo que hacen las asociaciones de amigos de los museos para "enriquecer y engrandecer" a las propias instituciones. Entre los asistentes, alguien que sabe mucho de ello: Alfonso Martínez, presidente de la Asociación de Amigos del Bellas Artes de Asturias. Destacó Gutiérrez "estas maravillosas muestras de esta sala, y que cada vez nos sorprenden más, propuestas muy diversas y atractivas que permiten acercarnos a colecciones que están fuera, como esta lectura de lecturas a través de los ojos de muchos artistas. Esta semana en el gobierno del Principado constituimos la primera reunión de la mesa de instituciones culturales (museos, archivos, bibliotecas...) para trabajar en la coordinación y colaboración de los diferentes equipamientos, que dialoguen entre ellos, y con la administración, que nos trasladen sus peticiones. Y que juntos podamos visibilizar lo mucho que se hace".

Montse Corominas contó la génesis y evolución de una muestra ("estupenda") con trabajos de excepcional originalidad que pasó a detallar Inés Cobo. Como José Manuel Ballester: vacía la sala de "Las Meninas" y deja solo la obra de Velázquez... sin sus personajes. ¿Para qué? Para abrir el espacio a nuevas interpretaciones. Qué importante es la arquitectura: "Chema Madoz, por ejemplo, trabaja con la idea de que el marco rodapié engloba el arte igual que el Museo es el gran envolvente de todos cuadros. Y nos hace ver esa escuadra y cartabón que son las herramientas del artista". Sigamos: "En el caso de Aitor Ortiz trabaja con arquitectura, y quiso mostrar los espacios efímeros, que se crean cuando se monta una exposición temporal, de usar y tirar. Tan efímeros como la fotografía. Como la vida, basada en luces y sombras". Y Cristina de Middel trabajó con la idea de la endogamia con superposiciones de retratos de miembros de una misma dinastía: la perpetuación del poder.

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