La última esperanza de Guillén Lafuerza

Un vecino busca voluntarios para evitar la desaparición de la asociación del barrio, que se disolverá el próximo martes si no hay nueva directiva

Fernando Fernández Porrúa, con uno de los carteles que están repartidos por el barrio para tratar de salvar la asociación de vecinos de Guillén Lafuerza.

Fernando Fernández Porrúa, con uno de los carteles que están repartidos por el barrio para tratar de salvar la asociación de vecinos de Guillén Lafuerza. / F. V.

El próximo martes día 5 de marzo, a las siete y media de la tarde, la asociación de vecinos de Guillén Lafuerza celebrará una junta general extraordinaria con un primer punto del orden del día más que preocupante: "Elección de nueva junta directiva o disolución de la asociación". Es evidente, el colectivo corre peligro de desaparecer, hay un ultimátum. Pasan los días y nadie quiere recoger el testigo del equipo que todavía preside María de los Ángeles Benito, un grupo de personas que llevan más de una década al frente de la asociación del barrio y que se van "quemados" tras haber trabajado mucho a cambio de demasiadas "críticas y reproches" de quienes "nunca están contentos con nada".

Nadie quiere asumir esa responsabilidad excepto Francisco Fernández Porrúa, que busca desesperadamente a otros voluntarios para formar una junta directiva y evitar la disolución del colectivo. "La asociación de vecinos es una herramienta básica para el barrio y no podemos dejar que desaparezca", sostiene. "A mi me da igual ser presidente o unirme a cualquier otra persona que quiera formar un equipo, lo único que pretendo es que la asociación se mantenga porque me parece que dejarla morir supondría una pérdida enorme de capacidad social para el barrio", añade Fernández Porrúa, que lleva ocho años viviendo en el barrio y tiene un amplio historial de militancia en colectivos juveniles, culturales o solidarios. "Tengo bastante tendencia a estar en asociaciones porque las considero muy positivas en muchos sentidos. Entre otras muchas cosas, son buenas para la convivencia", recalca.

Para buscar aliados, tanto él como los actuales miembros de la junta directiva de la asociación vecinal, han empapelado el barrio con carteles animando a los vecinos. En ellos figura el número de teléfono de Francisco Fernández Porrúa para que se pongan en contacto con él antes del próximo martes día 5 de marzo. "Se comunica que hay un socio y vecino del barrio que está interesado en formar directiva para que la asociación no muera. Animaos, es muy importante que el barrio no se quede sin asociación. Sigamos haciendo barrio", recoge un cartel cuyo mensaje ha sido redactado por los miembros de la junta saliente. "A nosotros también nos da pena que esto se muera y por eso queremos que alguien se haga cargo. Hemos luchado mucho por esta asociación", asegura Ángel Alonso, que actualmente es el tesorero de un colectivo en el que, a lo largo de once años, ha ocupado muchos cargos. "Ahora mismo tenemos más de 200 socios. Sería una pena enorme", recalca.

Los siete miembros del equipo que preside María Ángeles Benito se van en bloque porque ya han llegado al límite. "No es fácil. Esto te lleva mucho tiempo y después te encuentras con gente para la que todo lo que hacemos está mal. Ya es hora de que otros nos releven", explica Alonso. El colectivo que ahora corre peligro de desaparecer lleva mucho tiempo organizando los carnavales, el amagüestu, las fiestas del barrio –que se celebran el 8 de septiembre– y otros muchos eventos a lo largo del año. "La asociación da vida al barrio. Lleva activa muchos años. Tuvo un parón, pero ahora lleva funcionando desde principios de este siglo. Hay que hacer todo lo posible para que siga funcionando", subraya Francisco Fernández Porrúa, que confía en formar un equipo directivo antes de la próxima asamblea.

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