La Universidad quiere más espacio en el viejo HUCA para instalar allí científicos

El Instituto de Ciencias Espaciales, que podría tener sede en el Cristo, es uno de los centros con mayor proyección, según el Rector

Investigadores del Instituto de Ciencias Espaciales, ante el edificio de la Facultad de Ciencias. | Luisma Murias

Investigadores del Instituto de Ciencias Espaciales, ante el edificio de la Facultad de Ciencias. | Luisma Murias / M. G. Salas

Mónica G. Salas

Mónica G. Salas

La Universidad de Oviedo estudia ampliar la solicitud de cesión de terrenos del viejo HUCA, donde se levantará el nuevo campus del Cristo, para dotar de sede propia a institutos científicos con gran proyección de futuro. El Rectorado de Ignacio Villaverde, que se encuentra en trámites con la Tesorería General de la Seguridad Social para convertir en facultades tres edificios de su propiedad, sopesa ahora pedir "algún espacio aledaño". Eso le permitiría a la institución académica, según explica el Rector a LA NUEVA ESPAÑA, dotar de infraestructuras a centros como el Instituto Universitario de Ciencias y Tecnologías Espaciales de Asturias (ICTEA), hoy integrado por 90 investigadores desperdigados por varias facultades.

"Es uno de los institutos que tienen mayor proyección de futuro en la Universidad de Oviedo y está llamado a crecer", afirma Ignacio Villaverde. Y, para eso, hace falta espacio. Javier de Cos, director del ICTEA y catedrático de Explotación y Prospección de Minas, considera "sumamente positivo" poder contar con una sede en el futuro campus del Cristo "que permita albergar a investigadores sénior y júnior en un entorno de trabajo unificado".

Desde su fundación, en el año 2019, dice De Cos, "el ICTEA ha experimentado un crecimiento constante". Empezaron siendo una treintena de investigadores y en la actualidad alcanzan los 90, de los cuales, aproximadamente, la mitad son jóvenes. Sin embargo, esa expansión no ha sido fácil. "Nos hemos enfrentado al desafío de la deslocalización, con el personal distribuido en varios campus y edificios, y careciendo de una sede central. Esta situación ha limitado en cierta medida nuestras posibilidades de crecimiento, dificultando el trabajo colaborativo y la generación de sinergias", apostilla el responsable del instituto. Sus científicos están repartidos hoy por el edificio de la calle Independencia (antigua Escuela de Minas), las facultades de Ciencias y Geología, la Escuela Politécnica de Ingeniería de Gijón, la Escuela de Marina Civil...

Mirando al futuro, y como bien aprecia el Rector, el ICTEA puede crecer aún más gracias a la obtención recientemente de prestigiosas becas. Sirve como ejemplo la ayuda de 1,5 millones de euros del Consejo Europeo de Investigación (ERC) que consiguió el pasado verano el físico Santiago Folgueras para desarrollar tarjetas electrónicas muy potentes para que el acelerador del CERN filtre mejor las fotos que guarda de colisiones de partículas, o la captación de la astrofísica ovetense Noemí Pinilla, investigadora del Florida Space Institute de la Universidad Central de Florida y colaboradora de la NASA, para desarrollar en Asturias un proyecto de un millón de euros que estudiará la distribución del hielo y el polvo en el sistema solar. Pinilla, que llevaba treinta años fuera de su tierra, retornará este año gracias al programa nacional "Atrae", con el que fueron seleccionados treinta científicos españoles.

Todo lo anterior, además, en un contexto en el que el Principado, Hunosa y la Universidad, señala Ignacio Villaverde, aspiran a situar los antiguos pozos mineros en la vanguardia de la investigación aeroespacial. En marcha está un proyecto para abrir un laboratorio que ensaye la vida en la Luna en las galerías del pozo Santiago, en Aller, que echó el cierre en 2018. "Esperamos que el proyecto de tener una sede en el nuevo campus del Cristo pueda hacerse realidad en un futuro próximo, lo que fortalecerá nuestras capacidades y fomentará un ambiente propicio para la innovación y la colaboración", expresa Javier de Cos.

El plan de la Universidad consiste en reconvertir en facultades tres edificios del viejo HUCA: el Materno Infantil, Consultas Externas y Silicosis. En realidad, son cuatro si se cuenta un segundo inmueble añadido a Silicosis. En total, suman algo más de 46.000 metros cuadrados, que serán ocupados por las facultades de Ciencias y Formación del Profesorado y Educación, así como por la Escuela de Ingeniería Informática. "Solo dejaríamos en Llamaquique Geológicas, que está bien donde está, en un edificio emblemático", precisa el Rector. El resto quedaría libre para concentrar la Justicia en Llamaquique, como urge el presidente del TSJA, Jesús María Chamorro. Aunque este plan va para largo.

El Principado, que es propietario de una parte de los terrenos del viejo hospital, anunció recientemente que la demolición de los primeros edificios, prevista para finales del año pasado, no empezará ahora hasta finales de 2024, y no se espera que los terrenos comiencen a transformarse hasta 2025. Este nuevo retraso, criticado por el alcalde de Oviedo, Alfredo Canteli, no preocupa al Rectorado, que afirmó este domingo, en una entrevista publicada en LA NUEVA ESPAÑA, que la Universidad "va dando los pasos que hay que dar". "Hemos solicitado la cesión a la Tesorería General, estamos a punto de entregarle la información que nos pidió complementaria a esa petición y ya hemos solicitado y adjudicado el diseño técnico del desarrollo del campus", manifestó. Ahora está encima de la mesa la posibilidad de pedir más espacio.

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