Esperanza Martín, arqueóloga: "Fuera de Asturias sorprende que haya tanta mujer en las excavaciones"

Cuatro arqueólogas debaten sobre un trabajo "masculinizado" y con desequilibrios en el aula

Por la izquierda, Margarita Fernández Mier, Cristina López Tascón, María Antonia Pedregal –directora del Museo Arqueológico–, Esperanza Martín y Otilia Requejo.

Por la izquierda, Margarita Fernández Mier, Cristina López Tascón, María Antonia Pedregal –directora del Museo Arqueológico–, Esperanza Martín y Otilia Requejo. / Fernando Rodríguez

Tino Pertierra

Tino Pertierra

El Museo Arqueológico de Asturias se sumó a los actos conmemorativos del Día Internacional de la Mujer con un encuentro de cuatro especialistas para hablar sobre "Arqueología en Asturias con nombre de mujer". Ponentes de distintas edades y trayectorias que dibujaron a partir de sus experiencias una amplia panorámica de la arqueología de antes y de ahora.

Otilia Requejo, directora de bienes culturales de la iglesia y arqueóloga, aportó el lado de la gestión: terminados los estudios, unió voluntades y vocaciones con otros cinco cinco mpañeros para "lanzarse a la aventura" de crear una asociación arqueológica que trabajase para la consejería de Cultura. Luego, otra apuesta al crear una empresa que le dio la oportunidad de "dirigir proyectos muy interesantes". El paso siguiente: Consejería de Cultura. Y otro más: gestionar el patrimonio eclesiástico.

Margarita Fernández Mier, catedrática de Historia Medieval en la Universidad de Oviedo, está volcada en el estudio arqueológico e histórico de la historia rural medieval. Un campo, nunca mejor dicho, poco abonado para las investigaciones porque tienen más demanda otros períodos y otras áreas con mayor visibilización. Un detalle revelador que aportó: los obstáculos que surgen para las mujeres si llega la maternidad. Aplazamientos, dificultades... No tiene claro si muchos inconvenientes en su carrera llegaron "por ser mujer o por dedicarme a una arqueología distinta a la habitual".

Esperanza Martín, arqueóloga profesional y especialista en la época antigua, está al frente de la importante excavación en el yacimiento romano de Lucus Asturum, en Llanera. Casi nada. Su tenacidad fue precoz: "A los cuatro años ya tenía claro que quería ser arqueóloga". Y punto. Tras diversas experiencias de formación insuficiente, probó en La Sorbona. Le tiraba la arqueología de campo. Pisar barro, vaya. Y se enamoró en Asturias y de Asturias. "El amor no siguió pero la arqueología sí", bromeó. Nunca ha tenido frenos por la exigencia física: si hay que ir a la alta montaña, cargar con pesados capazos o tirar de pico, se hace. Faltaría más.

Cristina López Tascón, doctora en Prehistoria, especialista en industria lítica e investigadora postdoctoral Margarita Salas en el Instituto Universitario de Investigación en Ciencias Ambientales de Aragón, recordó que un verano de su infancia consistió en "ir a todas las cuevas visitables de Asturias. Ahí me entró el gusanillo de la prehistoria".

Es una profesión masculinizada, coincidieron las cuatro, sobre todo en el pasado. Martín elogió a las figuras femeninas que tienen el doble trabajo de dedicarse a la familia y a su profesión: "Admirables". Y Fernández Mier apuntó un dato sobre el que reflexionar: en el departamento de Historia hay un veinte por ciento de mujeres y un ochenta de hombres. No así en Historia del Arte. "Tengo un proyecto de investigación con cuatro grupos y yo soy la única mujer". Un desequilibrio que López Tascón también percibe "a la hora de buscar mujeres para tener paridad en los tribunales". De ahí que la mayoría de referentes sean masculinos.

Requejo, que superó la gran dificultad de conciliar maternidad y tesis, matizó que en asuntos de gestión no hay la misma desigualdad y Martín corroboró que en su paso por Castilla y León había más presencia femenina en gestión que en tareas de campo: "Se sorprenden de que te embarres. Llama la atención que en Asturias hay mucha presencia femenina haciendo excavaciones, es una diferencia brutal respecto a otras comunidades". Eso sí: "Sigue siendo un ámbito muy masculino".

Fernández Mier, cuya hija asistió de niña a muchas charlas de su madre, elogió una "mayor implicación de la mujer en transmitir conocimientos. López Tascón recordó que, más allá de una visión romántica, luego viene una fase de laboratorio e investigación. Romanticismo, señaló Requejo, que Indiana Jones fomentó "e hizo mucho daño. Hay un proceso largo y nada espectacular luego que exige esfuerzo, constancia y vocación".