Entrevista | Jesús Álvarez-Arango Arquitecto encargado del anteproyecto de la plaza de toros de Buenavista

"La plaza de toros se va a transformar, eso es inevitable; no es peluquería, es cirugía"

"Ya reformado, si solo lo utilizamos una vez al mes, el coso se deteriorará; hay que promover usos diarios, meterle vida, que el barrio entre en la plaza"

Jesús Álvarez-Arango, entre sus hijos Manuel (a la izquierda) y Carmelo, en su estudio.

Jesús Álvarez-Arango, entre sus hijos Manuel (a la izquierda) y Carmelo, en su estudio. / Irma Collín

Chus Neira

Chus Neira

Jesús Álvarez-Arango (Godina, Pravia, 1958) se aproxima a la plaza de toros de Buenavista, cuyo anteproyecto de rehabilitación le acaba de ser adjudicado tras una procelosa tramitación administrativa, en cuadrilla, con orgullo y todas las cautelas del mundo. Devoto taurino en un momento en que no se estila la afición, admite, para hacerse cargo de un coso que ya no acogerá corridas de toros, Jesús Álvarez-Arango acomete el encargo que le acaba de hacer el ayuntamiento junto a otros dos Álvarez-Arango, Carmelo (1987) y Manuel (1988), sus hijos, con los que comparte estudio en la ovetense calle Oscura. A punto de formalizar el contrato, la parte de las cautelas, explica, tiene que ver con sus ideas, en una fase muy inicial que ahora tendrán que verse refrendadas por el trabajo de campo y, más importante, por el consenso con Patrimonio y el Ayuntamiento. En esta entrevista habla el padre y los hijos completan las respuestas.

–La plaza de Buenavista no es nueva para usted.

–Llevo treinta años trabajando en ella. Siempre me presenté a los concursos y ya hice otras propuestas. Además, soy aficionado a los toros, así que cuando salió la licitación del anteproyecto, nos presentamos. Pedían muchos requisitos, y recibí llamadas para ir en UTE con otros, pero nosotros ya somos tres. Ahora nos apoyaremos en otros equipos.

–¿De dónde se parte?

–Esa es la clave. El edificio tiene virtudes pero también muchos defectos. La estructura está inclinada, hay cierto grado de desplome, y la grada baja está sin planimetría, el asiento de los materiales no es uniforme.

–¿Entonces?

–Hay que hacer un buen estado actual. Nosotros vamos a recurrir a una empresa asturiana que está en Madrid, Avatar, que hace escaneos en 3D y consiguen detectar esos desplomes. Confiamos en que nos dé pistas para tratar de este tema con el Ayuntamiento y Patrimonio.

–El problema de la reforma de la plaza, en los últimos años, ha estado en cómo meter mano al edificio para ganar aforo, como quiere el Ayuntamiento, pero respetando la estructura, como pide Patrimonio.

–Pero es que a lo mejor no hay que coger ni abrir ninguna puerta. A lo mejor puedes convertir algún arco ciego en puerta, como ya sucede con algunos arcos que están junto a los chiqueros. A lo mejor esa solución es más verdad que la de modificar una de las puertas existentes,

–¿Perdiéndole miedo al edificio?

–Hay que señalar que esa apariencia mudéjar de esta plaza de toros y de muchas otras procede de la falsa creencia de que origen el origen de los toros era musulmán. Eso es un error, por más que casi todas se asemejen a ese estilo. En todo caso, De la Guardia es un excelente arquitecto, pero este no era su mejor edificio.

–¿En conclusión?

–Hay que aceptar que se va a producir no una restauración, que va a existir pero va a ser parcial, sino una auténtica e inevitable transformación y que en la calidad de esta estará la clave del resultado global. Hay que recuperar el pasado pero el cambio es inevitable. Vamos a obtener un edificio algo diferente, que no ha perdido ninguno de sus valores más importantes y sí consigue otros nuevos. Esto significa aceptar el rediseño de partes y elementos actuales que suponen una importante contribución para el mejor entendimiento y valoración del edificio primigenio.

De la Guardia fue un excelente arquitecto pero el coso de Buenavista no fue su mejor edificio

–En el proyecto se justifica la recuperación del diseño original, con un recrecido que se perdió.

–Nosotros tenemos una fotografía… (muestra una imagen en que se aprecia la construcción de la silla del rey, donde está en la actualidad, y la plaza al fondo, sin edificaciones por el medio, todo campo).

–En esa imagen de principios del XX se aprecia lo que significaba "ir a los toros", en las afueras de la ciudad,

–Es que eso es lo que significa también la corrida, un camino que conduce al ruedo. El camino y ese ruedo es lo verdadero. Por eso yo no actuaría nunca bajo el ruedo, que hay que dejarlo entre cielo y tierra, pero sí debajo de las gradas, donde, si tenemos 5.000 espectadores, habría que meter un aparcamiento.

–El proyecto plantea recuperar esa grada superior que se perdió en su día.

–Nosotros queremos hacerlo a modo de corona. Tenemos la idea, que habrá que consensuar con el Ayuntamiento y Patrimonio, de una envolvente para ese nivel superior que marcamos, como si fuera la piel del edificio, con unos hierros de bravo, de forma que permite un juego de luces, dejando unas marcas en el acero por donde se puede proyectar hacia afuera la luz.

–El proyecto manda también incorporar una cubierta retráctil.

–Eso también va a ser un cambio sustancial en el volumen del edificio. Por eso pensamos que la preocupación por una puerta debería ser menor.

–Teme también que sea difícil conservar el graderío bajo.

–Veremos lo que dicen los análisis, pero esos asientos diferenciales en el terreno no tienen arreglo, menos si la solución es taparlos. ¿Qué sentido tiene? La plaza, además, está ya muy inclinada, y hay una ley de mayor rango que manda actuar sobre algo que ya está cayendo y presenta desplomes. Además, para poner la cubierta retráctil hay que incorporar 16 o 18 pilares para soportarla, y eso supone romper y meterlos. No es una obra de peluquería de lo que estamos hablando. Es cirugía.

–Hace falta mucha obra.

–Es que no podemos gastar 20 millones y que luego se vea mal. Estas gradas no cumplen con los estándares que hay ahora, la visión del ruedo es deficiente; y por otra parte las plazas cerradas tienen problemas de aislamiento acústico. Hay que mejorar todo esto. Con buenos estudios se puede hacer, y en la propia morfología de los graderíos trataremos de estudiar mejoras en este sentido.

–¿Qué me pueden decir de los usos?

–Hay una cuestión importante. Cuando hablamos de un espacio multiusos, si lo utilizamos una vez al mes y el resto del tiempo está cerrado también empezará a deteriorarse. Hay que promover usos diarios. Queremos que el barrio entre en la plaza, meter vida, a lo mejor también con iniciativa privada.

–¿Habla de bajos comerciales?

–Sí, y para el barrio, para los vecinos, lo importante es que tenga vida diaria.

–¿El parque que la rodea?

–Es fundamental. Hace 20 o 30 años ya hice un diseño con una envolvente que reflejaba las copas de los árboles. No se puede entender la plaza sin ese parque. Y en ese sentido creemos que nuestro diseño de la corona también dialoga con las especies vegetales.

–Es un proyecto complicado.

–Sí, pero los proyectos difíciles son los mejores. Puede pasar que si te dejan libertad total y todo el dinero del mundo, no des ni una. Las limitaciones a veces enriquecen los proyectos.

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