El Silencio se reviste de cedro y oro

Los cofrades restauran el trono del Flagelado y la Virgen de la Amargura está "más segura y estable" en el paso

José Prieto, ultimando detalles del trono del Flagelado en la iglesia de Santa María la Real.

José Prieto, ultimando detalles del trono del Flagelado en la iglesia de Santa María la Real. / Luisma Murias

"La imagen del Cristo Flagelado va a ir en este trono con este dorado tan hermosísimo". El abad de la Real Cofradía del Silencio y Santa Cruz, José Prieto, mira con ilusión al paso, colocado sobre unos andamios y que todavía está por rematar. Su puesta de largo será el Martes Santo, cuando salga por el portón de la Iglesia de Santa María la Real de La Corte a las 20.30 horas. Y es que la filigrana artesanal del trono ha nacido de la mano de los hermanos del Silencio, auténticos manitas y autodidactas. "Se ha modificado por completo, se le cambiaron las cartolas, se le puso pan de oro, faroles nuevos de cedro, hechos en León...", detalla.

La Virgen de la Amargura también tiene mejoras. Mientras Prieto habla, a sus espaldas, varios cofrades la están vistiendo así que no se puede fotografiarla. No lucirán tanto, porque son estructurales, pero no por ello son menos importantes: "Irá más segura y estable ahí arriba", afirma el abad.

Aunque por un momento se le desvía la mirada hacia el atuendo que les están colocando a la virgen, vuelve sin querer, de nuevo, a la plataforma del Flagelado y se afana en describir en detalle lo que se le ha hecho Los farolillos son del prestigioso imaginero leonés Manuel López Bécker, que hace innumerables trabajos para las cofradías de la provincia al otro lado de Pajares. El abad los valora como excelentes. "Son una cosa guapísima". Uno de ellos está en la exposición de la Junta de Cofradías de Trascorrales, que tendrán que recuperar el sábado.

Si entramos en harina, sale pan de oro. Como el del trono. "Son muchísimas horas de trabajo". De ellas gran parte corresponden al hermano Miguel Ángel Blanco, miembro de la junta y el más experto en la materia. "Le gusta, le gusta, es aficionado, pero qué bien lo hace", responde ante la pregunta de que si Blanco es profesional del gremio restaurador.

Otra novedad del trono recae en los faldones. Unos que suele llevar, pero van a intentar prescindir de ellos este año. La intención es que, al retirarlos, unos portadores extra puedan unirse a cargar por los laterales. Serán unos setenta hombres y mujeres de trono los que soportarán el peso de las imágenes, cuya estructura no ha engordado de peso a causa de las variaciones. "Ya lo tenemos aligerado al máximo". Y optimizado para un itinerario que, en vez de atravesar la plaza de la Catedral la bordeará. Entrarán por la calle del Águila y llegarán a Santa Ana rodeando por la estatua de "La Regenta". Prieto está satisfecho con la participación, tanto en los trabajos como en los ensayos, que celebran desde la última semana de febrero. También asegura que han ganado miembros este año, unos cuarenta de distintas partes de Asturias: para el abad "hay tirón". De ellos, muchos jóvenes y no necesariamente hijos de cofrades, explica.

Le gusta ver crecer a la Semana Santa en la ciudad. "Algo bueno para todos", manifiesta. Pide, eso sí, una cosa: respeto al ver pasar una procesión. Y, sobre la de su cofradía, lo tiene decidido: "Pretendo que el silencio se oiga en las calles de Oviedo".

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