"No podía ser mejor persona", dice el Alcalde de Ribera de Arriba sobre la víctima del parricidio

Decenas de allegados dan su último adiós en el cementerio de Tellego al celador jubilado de Silicosis: "No lo hubo más amable"

Celso, a la derecha, hablando ayer con otro de los asistentes al velatorio, a las puertas del  tanatorio de Los Arenales, donde tuvo lugar el velatorio de la víctima del crimen de El Picón.

Celso, a la derecha, hablando ayer con otro de los asistentes al velatorio, a las puertas del tanatorio de Los Arenales, donde tuvo lugar el velatorio de la víctima del crimen de El Picón. / L. B.

"Esta familia no se merecía algo así y mi amigo mucho menos". Son las emotivas palabras de José Fernández, un ovetense que conocía desde hace medio siglo al hombre de 73 años decapitado la noche del pasado lunes a manos de su hijo. Este amigo del fallecido fue una de las personas que ayer acudió al tanatorio de los Arenales para arropar a los allegados de una víctima cuyos restos mortales recibieron sepultura por la tarde en el cementerio de Tellego con la asistencia de algo menos de medio centenar de personas.

El alcalde de Ribera de Arriba, Tomás Fernández, se desplazó al Picón a primera hora de la mañana, nada más recibir el alta hospitalaria de una reciente intervención de cadera y destacó la bonhomía de su vecino. "Miguel era la mejor persona que puede haber. Si hay cuatro o seis personas buenas en el mundo, una era él", sostuvo el regidor, subrayando la estrecha colaboración que siempre brindaba al Consistorio. "Si había una luz fundida, avisaba y hasta ayudaba a reparar averías", puso Fernández como ejemplo de su excelente obra.

Representantes del gobierno local se desplazaron también a Los Arenales para mostrar sus condolencias a la familia. También lo hicieron Celso y Luisa, el matrimonio que ocupa la vivienda a la que la víctima acudió en busca de ayuda antes de ser decapitado por su hijo. "Están todos destrozados y nosotros cada vez que nos acordamos de lo ocurrido se nos ponen los pelos de punta", dijo el propietario de la casa frente a la que se consumó el crimen.

La pareja llegó a trasladar a la familia su pesar por no haber abierto la puerta cuando su vecino llamó en busca de auxilio. "No sabíamos que era él, escuchamos gritos y ruidos y solo nos salió llamar a la Guardia Civil", relató ayer este vecino de El Picón a la salida del velatorio.

Tomás Fernández, ayer, delante de la casa donde se produjo el crimen.

Tomás Fernández, ayer, delante de la casa donde se produjo el crimen. / L. Blanco

Según indicaron algunos asistentes al funeral, los allegados del fallecido liberaron de toda responsabilidad a la pareja. "No tenéis culpa ninguna. Ni se os ocurra pensarlo", afirman dichas fuentes que llegaron a trasladarles.

Los restos mortales de la víctima llegaron a Los Arenales la noche del martes, después de que se realizara en el Instituto de Medicina Legal la pertinente autopsia. Según pudo saber este diario, las pruebas constataron que el autor del crimen decapitó a su padre tras asestarle un hachazo a la altura de la boca.

Tras el cierre de la capilla ardiente, el cadáver fue trasladado hasta el cementerio de Tellego, donde un grupo de algo menos de cincuenta personas quisieron acompañar a la familia en la despedida. A lo largo del día fueron numerosos los allegados y excompañeros del área de Silicosis del viejo HUCA que quisieron manifestar sus condolencias. "No hubo otro celador más amable y atento en todo el hospital del Cristo", manifestó una excompañera que, a pesar de llevar "muchos años sin verlo", no quiso faltar al sepelio del que también fuera su amigo.

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