Carlos Fernández Llaneza: "El Campo San Francisco es Oviedo, donde se sumergen los recuerdos"

El portavoz del PSOE repasa con viejas imágenes en el RIDEA la historia del pulmón verde ovetense

Carlos Fernández Llaneza, en primer término, con Tomás Emilio Díaz, en el RIDEA.

Carlos Fernández Llaneza, en primer término, con Tomás Emilio Díaz, en el RIDEA. / Analía Pello

"El Campo San Francisco es Oviedo; que el Campo siga siendo el Campo". Esa fue la frase final, la que ofreció una conclusión llena de simbolismo, de la conferencia que impartió ayer Carlos Fernández Llaneza sobre el pulmón verde ovetense en el Salón de Actos del Real Instituto de Estudios Asturianos (RIDEA). Antes de llegar a ella el experto, actual portavoz del PSOE en el Ayuntamiento, embarcó a los asistentes en un viaje en el espacio y en el tiempo a través de fotografías del jardín. Las imágenes mostraron la evolución del "Central Park" ovetense desde hace más de siglo y medio. "El Campo es el punto geocéntrico donde convergen los recuerdos de miles de ovetenses", afirmó Llaneza, en lo que se puede definir como el resumen de su ponencia, titulada "Un recorrido por el Campo San Francisco en imágenes antiguas".

El ponente llamó al "orgullo" que los ovetenses sienten por su ciudad. Ya sean "de nacimiento o de ‘pación’", comparten unas "señas identitarias" que trascienden y unen, "más allá de cualquier condición social o económica". Rememoró la tala del carbayón, en 1879, como ejemplo de "un símbolo", que puso a la par de del acueducto de los Pilares. "Al igual que el Campo".

"Hay parte histórica y vivencial en esta exposición. Aprovechen el viaje para sumergirse en las imágenes y sus propios recuerdos", invitó Llaneza, justo antes de meterse en la harina de verdín, avenidas e instantáneas de siglos pasados.

El carrete de celuloide comenzó a correr en el proyector con capturas de finales del siglo XIX. La mayoría, coloreadas, mostraban los mimbres de lo que en 2024 atesora la capital. Ocho personas, con elegantes vestimentas –"las de los domingos"– posaban sentadas en los bancos de piedra de un primigenio paseo del Bombé. Ellos, con trajes, sombrero, guantes y engolados bigotes. Ellas, de blanco, con vistosos tocados. La excepción, una mujer de negro, vistiendo el luto. Todas recuerdan, eso sí, a la moda de Ana Ozores, la protagonista de "La Regenta", la novela máxima de Leopoldo Alas "Clarín".

El carrete de fotos fue desde el siglo XIX hasta "Petra" y "Perico", pasando por el baile de "La Herradura"

El autor ovetense, que retrató el Oviedo decimonónico, ocupó un lugar preeminente en la charla de Llaneza, para quien la deuda de la ciudad con el escritor "todavía no se ha saldado". "La figura de Clarín es indisociable del Campo", sentenció, "por sus aportaciones como concejal, por su obra cumbre y su monumento". El ponente describió los paralelismos entre la ficción de los escenarios de "La Regenta" y la realidad de la zona verde. Por ejemplo, el paseo de los Álamos, en Vetusta, era "El bulevar" o "Calle del Triunfo".

Llaneza habló sobre el origen del icónico paseo del Campo. "Se abre en 1884, junto a la calle Uría". Tomaría más tarde el nombre de "Paseo del Príncipe Alfonso", detalló el conferenciante. Volvería a cambiar de nombre dos veces más, en los años 30. Primero, en el 31, "Pablo Iglesias"; en el 38, "José Antonio". Con la llegada de la democracia, en el 77, recuperó su nombre primigenio.

Llaneza cumplió con su sugerencia a "sumergirse en los propios recuerdos". Habló y mostró imágenes de décadas más cercanas. Tiempos que vivieron muchos de los asistentes que, por cierto, no dejaron una butaca libre en el RIDEA.

"Petra" y "Perico". La jaula de la pareja de osos saltó a la pantalla. "Los más mayores le recuerdan a él; los más pequeños a ella". Murieron en el 56 y 76, respectivamente. Aparejados a la osa estaban los barquillos por los que daban vueltas hasta que los niños y niñas se los hacían llegar a través de los barrotes. "Hoy sería inadmisible tener así a unos animales", afirmó, serio, aunque admitió que, a la muerte de Petra, "en aquella jaula quedó un trozo de nuestra infancia".

"Prepárense para un ataque de nostalgia si vivieron los 60 y los 70". ¿Por qué? Los bailes de "La Herradura", donde tocaron las mejores orquestas y conjuntos de Asturias y de fuera. Allí trabajó Llaneza para "ganar cinco duros" e ir al puesto de la "Chucha" a comprar caramelos. "Conservemos estos recuerdos como algo preciado".

A Llaneza le acompañó Tomás Emilio Díaz. El botánico, que coordina junto a él el ciclo de conferencias, introdujo su intervención. La programación tendrá una última charla el jueves 18, a cargo de Ana Gago, sobre las obras de arte del jardín. La actividad final será una visita guiada por el Campo, el sábado 20, para la que están abiertas las inscripciones.