Ganado sin control en plena ciudad

Ocho vacas pasean a media tarde por Montecerrao, solo unas horas después de que la Policía Local sacase de la carretera a otros quince ejemplares en el alto de Buenavista

Vacas en la plaza Fernando Álvarez, en Montecerrao, ante la vigilancia de un coche policial. | LNE

Vacas en la plaza Fernando Álvarez, en Montecerrao, ante la vigilancia de un coche policial. | LNE / Á. F.

Á. F.

Jornada de vacas sin control en el casco urbano ovetense para desesperación de la Policía Local. Acostumbrada a todo tipo de actuaciones, encontrarse vacas de paseo por las calles no es un desepempeño habitual. En Montecerrao, ocho ejemplares se dieron un buena excursión hasta la rotonda de Fernando Álvarez. Fue el colofón, a última hora de la tarde del domingo, a una jornada cuya mañana había dejado la presencia de otras quince vacas en la antigua carretera a Galicia, en el alto de Buenavista, justo a la salida de la ciudad.

Pese a lo poco habitual, en los registros policiales constan varias intervenciones recientes con las mismas protagonistas. Fue en torno a las diez de la mañana del domingo cuando las vacas irrumpieron en la vía pública y se instalaron en una zona verde sin cercar próxima a la calzada, además de otras dos que permanecían, también sueltas, al otro lado del quitamiedos. Tranquilas, y ante la sorpresa de los conductores, las vacas transitaban de un lado a otro de la carretera en busca de las hierbas más apetecibles que echarse a la boca.

Se trata de un ganado que venía dando problemas durante la semana pasada, ante la falta de atención de su responsable respecto al cierre de la parcela donde pastaban. Con la ayuda de un ganadero del lugar, la Policía Local logró devolverlas a su lugar de origen.

En Montecerrao, las vacas fueron aún más aventureras y salieron de la finca que ocupaban en la calle Ribera de Arriba, junto a la ermita de Santa Ana. Recorrieron medio barrio sin mayor oposición hasta alcanzar el prado de la plaza de Fernando Álvarez. Desorientadas y sin un rumbo claro, ahí finalizó su viaje pues un coche del cuerpo local les cerró el paso a la altura de la calle Mieres y las pastoreó hasta su finca de procedencia.

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