El mal de Pott mató a Quevedo y lo diagnosticó el doctor Jesús Martínez

El homenaje en el RIDEA al médico asturiano se centra en sus conclusiones sobre el escritor, expuestas por Fernando Vázquez

Venancio Martínez, izquierda, y Fernando Vázquez.

Venancio Martínez, izquierda, y Fernando Vázquez. / Mario Canteli

Tino Pertierra

Tino Pertierra

Atención, pregunta. ¿De qué murió Quevedo? Sí, sí, el gran escritor del Siglo de Oro. Respondió el doctor Jesús Martínez Fernández en su libro "Quevedo y la medicina" y ayer se profundizó en el ciclo dedicado a los cien años del médico y polígrafo asturianista con una segunda conferencia a cargo de Fernando Vázquez Valdés, director del Laboratorio de Medicina del HUCA y catedrático de Microbiología de la Universidad de Oviedo.

El resultado, una indagación casi detectivesca alrededor de la gran cuestión: "¿De qué murió Quevedo?" Vázquez trazó una breve aproximación a la España de Felipe III y Felipe IV (desastre económico, expulsión de los moriscos, Guerra de los 30 años, fin de la investigación científica y dominio de la teológica...) antes de entrar en materIa médica en un tiempo corroído por la epidemia de sífilis. Quevedo, explicó el ponente, "nos ponía a parir a los médicos", muchas de sus sátiras se centraban en la medicina con puyas a la ciencia médica. Cuando llegó la enfermedad "buscó el consejo de médico y boticarios". Quevedo padeció la espondilitis infecciosa u osteomielitis vertebral (enfermedad o mal de Pott) que afecta a vértebras y espacios intervertebrales, y muy poco citada en literatura.

"Asombroso"

Para Vázquez es "asombroso" que Jesús Martínez llegara a su diagnóstico en su libro "Quevedo y la medicina", con una capacidad admirable para buscar fuentes "en unos tiempos en los que había Internet. "Puso patas arriba lo que se sabía del tema". En 1645 surgieron todas las manifestaciones relacionadas con el mal de Pott: alteraciones motoras, parálisis parcial de los brazos, rigidez de la nuca, dolores de la cabeza y de la parte alta de la espalda, abscesos en el pecho que supuran mucho, vómitos y desnutrición.

Vázquez desgranó las principales fechas que fueron marcando la evolución de la enfermedad del escritor, cada vez más "pálido y debilitado", y que en 1636 sufría "graves problemas de salud", tan graves que afectaron a su sentido del humor legendario. A partir de ahí viviría momentos duros y otros de corta mejoría. En 1638 sufría heridas recurrentes y en 1641, preso en el Hostal San Marcos de León por orden del Conde-Duque de Olivares llegó a "cauterizar con sus propias manos tres heridas canceradas". Los años de prisión "le pasaron factura" y cuando en 1645 llegó a Villanueva de los Infantes estaba "más muerto que vivo, con cefaleas, rigidez de cuello..."

Murió el 8 de septiembre de 1645, tres días después de sufrir una disentería. Tenía 65 años. Con 42 padeció una tuberculosis. ¿Fue el mal de Pott la causa de su muerte? "Era muy complicado diagnosticarlo. Pasaba desapercibido".

Vázquez lanzó la hipótesis de que al final su disentería fue una enterocolitis tuberculosa aunque "nunca lo sabremos con certeza". Se conservan algunos restos de Quevedo pero nunca se han analizado para intentar conocer con total certeza las verdaderas causas de la muerte de uno de los literatos más originales y poderosos de España.