Así fue el torneo de ajedrez con piezas gigantes en el que participaron cientos de escolares en Oviedo

Aunque los niños fueron los protagonistas, no pasó desapercibida la presencia del gran maestro internacional Silvino García

La torre de la plaza de la Catedral casi se convirtió ayer en una enorme pieza de ajedrez para que algún niño hiciese un enroque. A sus pies se celebró la segunda edición del torneo escolar "Pequeños gigantes", en el que más de 200 alumnos de Primaria del municipio se congregaron en torno a 16 tableros gigantes de 9 metros cuadrados cada uno y hechos con caucho reciclado. ¿Las piezas? De tamaño acorde. Niños y niñas de 32 colegios jugaron 252 partidas entre liguillas y eliminatorias. ¿La guinda? Un tablero gigante con piezas de más de 200 kilos –se movían con ruedas–, que parecía sacado de la primera novela de Harry Potter. Allí se jugó la gran final, que se retransmitió por Twitch. "Apostamos por este evento de un deporte, a veces, minoritario, pero que practican muchos niños de nuestro concejo", dijo la concejala de Deportes, Conchita Méndez, mientras mostraba el llenazo de la zona de juegos del campeonato en el que, además de su área, también colabora el Club de Ajedrez Naranco.

A las 10.00 horas los pequeños Karpov comenzaron el torneo, que se extendió hasta las 18.30 horas, aproximadamente. Al mediodía la mayoría llevaba unas tres partidas de las siete rondas a completar. Entre los participantes estaba Mario Santos, de diez años. Es alumno del colegio público Germán Fernández Ramos, de Pando. Su equipo no iba nada mal: habían ganado dos duelos. "Estamos jugando muy bien", dijo el niño, con satisfacción. Confesó que le gustaba mucho el ajedrez y que lo practica desde hace varios años. "Ahora mismo tengo diez y lo hago desde que tengo siete u ocho años". El alumno también dio muestras de competitividad y ambición: "Queremos ser campeones".

Su compañero de equipo, Marcos Sandoval, de doce años, apreció que sus dos primeras partidas habían sido "interesantes". También añadió que la última, muy reñida, acabó en tablas. "Las ofrecimos nosotros", comentó. En un alarde de estrategia, detalló que les "convenía" a los dos equipos. Ocurrió contra el Colegio Público Villafría, de Otero. No era tan optimista como su amigo –"Es muy difícil ser campeones"–, pero veía factible quedar entre los cuatro primeros. "Creo que tenemos posibilidades", concluyó, con firmeza.

Nora Maire, del colegio público Juan Rodríguez Muñiz, de Las Campas, también estaba segura de sí misma. "Somos muy buenos". Punto. La niña, de 10 años, contaba que ella y sus compañeros habían hecho triplete con tres victorias. A pesar de su corta edad, ya es veterana. Comenzó con 5 años gracias a su hermano mayor. "Él jugaba al ajedrez y me enseñó". El chico ya tiene 15 y también "es muy bueno", afirmaba, ilusionada por llegar a la final en el tablero con grandes piezas.

Aunque los niños fueron los protagonistas, no pasó desapercibida la presencia del gran maestro internacional de ajedrez Silvino García. El cubano, afincado en Oviedo desde hace cinco años y enseña en el Club de Ajedrez Naranco, definió la cita como "mágica". "Esto promociona la cultura, la inteligencia, el desarrollo". El célebre ajedrecista caribeño destacó el desarrollo de la inteligencia matemática que tiene su deporte. Relacionó el ajedrez también con el avance de las Inteligencias Artificiales, que empezaron en los 90 con "grandes inversiones de los países más potentes". Así ocurrió en las históricas partidas jugadas contra grandes maestros por el ordenador "Deep Blue" hace varias décadas.

"Hay mucho talento en Oviedo con opciones de ganar campeonatos internacionales, están aprendiendo mucho", remató el gran maestro del ajedrez.

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