La Ascensión se despide de Oviedo entre multitudes y en un ambiente familiar

Los carbayones se echan a las calles en el último día de una feria "con muchas ventas" en los mercados artesanales del Campo

Ambiente en el Campo San Francisco durante las últimas actividades infantiles.

Ambiente en el Campo San Francisco durante las últimas actividades infantiles. / Analía Pello / David Cabo

"El año que viene más y mejor". Es la reflexión que comparten los propietarios de los puestos de los mercados de la Ascensión, que celebran una feria marcada por el buen tiempo, el gentío y "muchas ventas". El homenaje de la capital asturiana terminó ayer con las calles del centro y del casco antiguo plagadas de ovetenses, en especial de familias al completo que aprovecharon un intermitente sol de domingo para pasear por las múltiples atracciones de la Ascensión. El día fue especialmente movido en el Campo San Francisco, donde la artesanía fue la protagonista, con talleres de cuero, de indumentaria tradicional asturiana, de cestería y de talla de madera.

Mateo Valdés y Carmen Noriega participan en el taller de cuero de la Feria de la Ascensión. | David Cabo

Susana Sampedro y Fernando González posan con varios artículos de su puesto de artesanía. / David Cabo / Analía Pello

En esas tareas se desenvolvieron niños y mayores. Los primeros aprendieron de los segundos que con estas técnicas "vale más maña que fuerza" y se pusieron manos a la obra con sus primeras piezas. Mateo Valdés y Carmen Noriega apostaron por el cuero, aunque no descartaban pasarse después por otros talleres. Sin salir del Campo, otro de los atractivos del día fue la yincana rural, en la que niños de ciudad disfrutaron por un día de la experiencia de vivir en el campo. Una larga estancia en el taller de cestería privó a Carlos Gutiérrez y su hermana Sandra de un paseo en poni. "Era más difícil de lo que pensábamos y no llegamos. A ver si podemos volver por la tarde", lamentaban.

La Ascensión se despide entre multitudes en un ambiente familiar

participantes en el taller de cestería del Bombé. / Analía Pello / David Cabo

La música y el folclore volvieron a estar presentes tras el multitudinario del sábado. Las bandas y los grupos de baile son sinónimo de corrillos de gente a su alrededor y tienen especial éxito entre los turistas, como los burgaleses Pablo Martínez y Adriana Goñi. "Venimos mucho a Asturias y nos encanta que lo celebréis todo con gaitas y tambores", explican. Las actuaciones del último día de fiestas corrieron a cargo de la asociación de baile y música tradicional "La Xordia", el Grupu Tradicional de Baile de Fitoria y la Banda de Gaitas "El Carbayón". Aunque algo reducida por su coincidencia con la Feria de San Isidro de Llanera, la exhibición de razas autóctonas también captó la atención del público en el Campo, deseoso de que regrese el certamen de ganado vacuno el año que viene.

La Ascensión se despide entre multitudes en un ambiente familiar

Mateo Valdés y Carmen Noriega participan en el taller de cuero de la Feria de la Ascensión. / David Cabo

En los puestos del mercado de artesanía, la sensación era de satisfacción a pocas horas de despedir la Ascensión hasta el año que viene. Susana Sampedro y Fernando González vendían un reloj integrado en una madreña, uno de sus productos más solicitados junto a las mochilas. "Empezó raro al estar todo un poco separado, pero no nos podemos quejar. Vendimos bastante", resumía Sampedro. Por su parte, Silvia Álvarez celebraba unos días "muy animados" en los que vendió "un poco de todo", aunque espera que en próximas ediciones se pongan casetas y haya más talleres aún. Griselda Rodríguez, a la que se le acabaron las existencias de las alpargatas que hace ella misma, también cerraba la feria con una sonrisa. "Que todos los años sean así", concluyó.