"Chasco" para los turistas por el cierre hasta julio de las joyas del Prerrománico

El interior de Santa María del Naranco y San Miguel de Lillo, inaccesible desde octubre por obras y por los últimos hallazgos arqueológicos

Manuel Carrillo y Mari Carmen Reyero posan delante de Santa María del Naranco.

Manuel Carrillo y Mari Carmen Reyero posan delante de Santa María del Naranco. / Irma Collín

El cierre para el turismo y las misas de las dos joyas prerrománicas del Naranco está chafando los planes de muchos turistas que se acercan a Oviedo. Las iglesias de Santa María del Naranco y San Miguel de Lillo permanecerán clausuradas hasta el 1 de julio. La identificación, el pasado mes de abril, de una lápida en el vestíbulo de entrada a Santa María ha prolongado dicha situación, que se produce desde el pasado mes de octubre, cuando se iniciaron unas obras para combatir las humedades en ambos templos.

"¡Vaya chasco nos hemos llevado!", dicen Mari Carmen Reyero y Manuel Carrillo, dos turistas recién llegados desde Albacete. Los visitantes, bien preparados con paraguas en mano, se tuvieron que conformar con contemplar y fotografiar los templos desde fuera. No entran en la cuestión sobre el cometido primigenio de Santa María (en revisión con las investigaciones sobre la referida lápida), pero prometen regresar cuando se esclarezca: "Al no haberla visto por dentro, ya tenemos una excusa para volver".

Los trabajos contra las humedades deberían haberse terminado en febrero, pero las condiciones climatológicas, explicó entonces el Principado, obligaron a retrasar el fin de las obras. La nuevas indagaciones arqueológicas, que adelantó en exclusiva LA NUEVA ESPAÑA, lo demoró aún más. La reapertura del templo está ahora a la espera de la adecuación de la cripta, la parte inferior del edificio y de que la Dirección General de Patrimonio traslade la lápida en la que se fundamenta la nueva interpretación sobre el origen de Santa María del Naranco: esa pieza sepulcral llevaría a descartar que el edificio fuera un palacio residencial de verano de la monarquía asturiana como se había pensado hasta ahora, y el arqueólogo César García de Castro, que defiende la hipótesis del uso de Santa María del Naranco como una capilla privada desde hace tiempo, considera que la lápida sería un elemento en homenaje al rey Ramiro I.

Esther Martínez y Daniel Álvarez, dos argentinos afincados en Mallorca, también se sorprendieron al no poder entrar a las iglesias prerrománicas en su periplo por la ciudad. "Nos avisó el guía. Es una pena porque por fuera lucen muy bonitas y tiene mucho valor que se conserven así después de tantos años", destacan los turistas.

Los trabajadores adscritos a ambos edificios se encuentran en situación laboral de ERTE, mientras que también se ha detenido la actividad litúrgica, sin la celebración de las misas de primavera en San Miguel de Lillo.

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