Los Reyes protagonizan en Oviedo su primer acto oficial conjunto tras el aniversario de boda

La Reina, aún lesionada, llevó zapatillas blancas y un traje rojo de Mango

María José Iglesias

María José Iglesias

Han pasado veinte años y la imagen de la entonces prometida del Príncipe de Asturias, a las puertas de la catedral de Copenhague en su debut ante la realeza europea, vestida de rojo Caprile, enjoyada con rubíes y diamantes, es imborrable. La Reina, doña Letizia, recuperó ayer en Oviedo ese color que tanto le gusta y acudió de rojo escarlata a la tribuna desde la que presidió, con el Rey, los actos del Día de las Fuerzas Armadas, una de las grandes citas protocolarias del año.

Secuencia de imágenes en las que se ve, en primer lugar, a doña Letizia sentada en la tribuna con la pierna levantada por la molestia que le provoca la rotura de una falange en un pie; al lado, dos momentos en los que la Reina da, con mucho cuidado, el paso al apoyar el pie en el escalón, y, junto a estas líneas, el Rey saluda y doña Letizia camina a su lado. | David Cabo

Secuencia de imágenes en las que se ve, en primer lugar, a doña Letizia sentada en la tribuna con la pierna levantada por la molestia que le provoca la rotura de una falange en un pie; al lado, dos momentos en los que la Reina da, con mucho cuidado, el paso al apoyar el pie en el escalón, y, junto a estas líneas, el Rey saluda y doña Letizia camina a su lado. | David Cabo / ..

El desfile, con el cielo azul y las calles pletóricas, encerró un significado aún más personal para los Reyes: constituyó el primer acto oficial al que acuden juntos tras celebrar dos décadas de matrimonio el pasado día 22 de mayo. Oviedo, ciudad natal de la Reina, fue el escenario perfecto para la reaparición. Aquella pareja feliz e ilusionada que se casó ante todos los "royals" de Europa en la catedral de la Almudena, ha dado paso a un matrimonio compenetrado que asume sus deberes oficiales con naturalidad. La Reina atraviesa un momento delicado a causa de una lesión en el pie que no acaba de remitir. Ayer se la vio caminar tratando de sobrellevar la incomodidad por el dolor que le provoca la rotura de la falange de un dedo del pie. Trató de resistir al máximo, pero permaneció sentada buena parte de la ceremonia. La mirada de Felipe VI estuvo pendiente en todo momento de su esposa. Letizia ha ganado en aplomo y en naturalidad. Apareció regia con zapatillas deportivas. Lejos quedan ya los tiempos en los que se cuestionaba incluso que una ministra acudiese a una cita similar en pantalones. Esos gestos de la Reina calan y, aunque el tipo de calzado es consecuencia de una lesión, supone un guiño a las mujeres que aborrecen los tacones o ir maquilladas en su tiempo libre. El traje rojo de Mango, un tres piezas de americana recta, con solapas, en su versión original va combinado con un chaleco de espalda descubierta que la Reina sustituyó por un cuerpo lencero. El pantalón es de corte fluido y pernera extra ancha. Hace cinco años, la soberana también vistió de rojo en la gran celebración anual del Ejército, en Sevilla. Entonces lució un vestido carmesí de la firma Cherubina.

El color también combinó perfecto con el fajín del uniforme del Rey, capitán general de los Ejércitos, y es una tonalidad española por excelencia, presente en la enseña nacional. Las zapatillas blancas de la Reina, de la firma británica Vivobarefoot, son el modelo Geo Court III, realizadas con cuero ecológico, con un precio de 175 euros. Son las mismas que lució en el 160.º aniversario de la Cruz Roja, el pasado 14 de mayo, en el Auditorio Príncipe Felipe.

Como joyas, doña Letizia escogió los pendientes de rubíes y diamantes de la joyería madrileña Aldao, que estrenó en 2013 en una fiesta en Los Ángeles, y el anillo con una flor de lis y las inscripciones "love" y "amor".