Adiós a "Escotet", peluquero, asesor estético del "Oviedín del alma", escultor y guardián del señorío

La ciudad despide a Emilio García, propietario del histórico negocio de corte de pelo de la calle Argüelles y también escultor, con infinidad de bustos y una obra señera, "Paz", en La Carisa

Emilio García, en una imagen de hace unos meses.

Emilio García, en una imagen de hace unos meses. / L. M.

Los peluqueros asturianos y la ciudad de Oviedo están de luto por la muerte de Emilio García Fernández, también conocido como "Escotet". Los profesionales del sector pierden a un compañero "leal, cercano y creativo" y la ciudad una pequeña parte de su historia. No en vano, además de ser peluquero, el asesor estético del "Oviedín del alma", el profesional que mantuvo el "señorío y prestigio" que heredó cuando se hizo cargo del histórico negocio de la calle Argüelles –así se refieren a él quienes lo conocían–, también deja un legado como escultor. Suyas son, entre otras, obras como la "Paz", un conjunto escultórico que se encuentra en la calle Tigre Juan, en La Carisa, o algunos bustos de músicos como Beethoven, Strauss, Manuel de Falla, Mozart o Schubert, que lucen en el Auditorio Príncipe Felipe.

En la foto grande, Emilio García, en una imagen de hace unos meses. Arriba, el peluquero, en su faceta de escultor. Debajo, la escultura «Paz» en La Carisa. | L. M.

la entrada a la peluquería Escotet, en la calle Argüelles, ahora cerrada. / F. R.

Escotet, que falleció a los 93 años, se había jubilado hace tiempo. El negocio de la calle Argüelles estaba regentado desde hace unos años por Julio Escudero, uno de sus colaboradores, aunque ahora lleva alrededor de cinco meses cerrado por el fallecimiento de su último propietario. Emilio García fue despedido ayer por sus amigos y familiares durante un funeral celebrado en la basílica de San Juan el Real.

Adiós a «Escotet», peluquero, escultor y guardián del señorío

El peluquero, en su faceta de escultor. / L. M.

Al final del acto religioso tomó la palabra uno de sus amigos y colega, el psicoesteta Ramiro Fernández, que dedicó palabras de cariño al fallecido y le dijo a su familia que estuviesen tranquilos, que Escotet ya había hablado con San Pedro y que no iba a tener ningún problema para abrir una peluquería en el cielo "en la que demostrar su arte" como profesional. Ramiro Fernández conocía bien a Emilio García. Durante 16 años fue su vicepresidente y "consejero especial" en la Asociación de Empresas de Peluquería del Principado de Asturias, así que no escatima en elogios. "Era un profesional creativo. No se dedicaba solo a cortar el pelo o a afeitar y punto. Tenía gusto, adaptaba el corte de cabello a cada cliente porque era un artista. No hay más que ver su obra escultórica", asegura.

Adiós a «Escotet», peluquero, escultor y guardián del señorío

La escultura "Paz" en La Carisa. / L. M.

Lo de "Escotet" le venía de lejos a Emilio García. Heredó ese apodo porque en el año 1965 se hizo cargo del histórico y centenario negocio de la calle Argüelles, antes propiedad de la familia Escotet y una de las peluquerías más emblemáticas de la historia de Oviedo. Previamente había regentado peluquerías en la calle Covadonga y en Martínez Vigil. "Fue inteligente hasta para conservar el nombre del negocio, y también supo mantener el listón igual de alto", señala su amigo Ramiro Fernández.

Su hijo Carlos –el fallecido también deja una hija, María Jesús, y una esposa de la que estaba "profundamente enamorado", Pilar González– describe muy bien a su padre, nacido en Villaxermonde, una aldea del concejo de Valdés. "La de mi padre es una historia de superación. Tenía una minusvalía en una pierna y por eso no trabajó en el campo, pero durante su niñez y su adolescencia adquirió una destreza inusual en muchos oficios, como la carpintería, la cantería, la zapatería o la propia peluquería", explica Carlos García. "Eso le valió para que a los veinte años se abriera camino en Oviedo. Tras diversas profesiones se estableció como peluquero y en unos años ya era presidente de la asociación de peluqueros –un colectivo que existía antes del nacimiento de la Asociación de Empresas de Peluquería del Principado de Asturias, creada en el 2008–, desde donde luchó hasta conseguir dignificar la profesión, tanto en horarios como en remuneración", dice el hijo del fallecido.

A la izquierda, la familia de Emilio  García, ayer, en su funeral. Junto a estas líneas, la entrada a la peluquería Escotet, en la calle  Argüelles, ahora cerrada. | F R.

La familia de Emilio García, ayer, en su funeral. / F. R.

Carlos García también destaca la faceta artística del peluquero. "Su extraordinaria habilidad y percepción del volumen le hicieron un excelente peluquero y también desarrollarse como escultor con muchas obras en su haber", dice. "Su tiempo siempre fue para su trabajo para sus compañeros y para su familia. Era un extraordinario padre y esposo y una persona siempre solidaria y dispuesta a ayudar en su entorno. Se sentía un ovetense de pro", remarca el hijo.