Un oso pardo se pasea por las calles de un pueblo de Oviedo, a solo doce kilómetros del centro urbano y a plena luz del día

"Tenemos miedo, cualquier día nos comen los animales", aseguran los vecinos de una localidad en la que hace sólo unos meses los lobos mataron a cinco ovejas

El oso en la localidad de Puerto, a doce kilómetros de Oviedo.

El oso en la localidad de Puerto, a doce kilómetros de Oviedo. / LNE

Cuando José Manuel Menéndez se bajó del coche para abrir la portilla de su finca y entrar en su casa de Puerto, una localidad situada a doce kilómetros de la plaza de la Catedral de Oviedo, entre Caces y Las Caldas, no podía creer lo que estaban viendo sus ojos. A menos de cincuenta metros del vehículo, un oso pardo de buen porte se paseaba a sus anchas por la carretera a plena luz del día sin importarle un bledo su presencia. "Ni se inmutó. Se me quedó mirando y no se movió. Yo me quedé a cuadros porque era bastante grande", asegura el vecino.

Al principio le costó reaccionar, pero después de un rato José Manuel Menéndez, al que todo el mundo conoce como Manolo, sacó el teléfono móvil y tomó unas cuantas fotografías. "Pensé que nadie iba a creerme y por eso lo hice. Eran las nueve y media de la noche (de este lunes) y a esa hora, en esta época del año, todavía es totalmente de día. Me pareció algo alucinante", relata aún sorprendido. Después se montó en el vehículo y fue hacia el oso. "Después de un rato echó a caminar por la carretera y giró en una curva, así que me monté en el coche y fui tras él. Cuando llegué a su altura huyó y volvió a desaparecer en dirección hacia el bosque", añade Manolo.

Ese bosque al que se refiere está pegado a las casas. El vecino que tomó las fotografías del oso vive en el barrio de Carnera y en el entorno de su vivienda, en un radio de no más de 150 metros, hay al menos otras ocho. "Es que solo un poco más allá hay una parada del autobús urbano. Esto es un auténtico peligro, es lógico que la gente tenga miedo porque cualquier día nos comen los animales", dice. "Yo salgo todos los días a pasear por esta zona con dos perros. Si llego a ir con ellos y me lo encuentro no sé lo que hubiese ocurrido. Insisto en que era de buen tamaño. Eso sí, estaba un poco delgaducho, pero eso es aún peor porque significa que tenía hambre y que vino al pueblo en busca de comida", añade con cierto toque de humor para pasar el susto.   

El avistamiento del oso fue la comidilla durante todo el día de ayer en la parroquia de Puerto y en sus alrededores. Los vecinos tienen miedo y están hartos de denunciar que el estado de los bosques y de algunas fincas de las zonas rurales del concejo están provocando que los animales pierdan el miedo a acercarse a los humanos y a sus casas. "Nos está comiendo el bosque. Nunca hubo más estado de abandono que ahora. Las carreteras están tapadas por la maleza y somos los vecinos los que tenemos que limpiarlas. Esto no puede seguir así porque cualquier día vamos a tener que lamentar una desgracia", asegura Manolo.

No es la primera vez que los animales salvajes hacen acto de presencia en la localidad de Puerto. En noviembre del año pasado, sin ir más lejos, los lobos devoraron a cinco ovejas que eran propiedad de Amador García, que fue concejal socialista en el Ayuntamiento de Oviedo entre los años 2011 y 2015. Cuando García llegó a la finca en la que estaban los animales se los encontró cosidas a dentelladas. Aquel ataque, según denunció en su día el propietario de las ovejas, se produjo a plena luz del día y en una parcela situada junto a un núcleo de casas totalmente integradas en el pueblo, a escasos cien metros de la iglesia de la localidad. "Y ahora nos encontramos con un oso. Esto no puede continuar así, los animales salvajes ya están a tiro de piedra de la calle Uría y cada vez hay más", denuncia Amador García.

Solo un mes más tarde de aquel ataque, las cámaras de fototrampeo de un joven amante de la naturaleza grabaron a una manada de lobos a escasos metros de las casas de la localidad de Puertos para constatar las denuncias de los vecinos.