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Valores humanos a través de la música

El Ciclo de Música Sacra Maestro de La Roza nació un año después de la muerte de Alfredo de La Roza, último Maestro de Capilla de la Catedral de Oviedo. Este año cumple su décima edición. Diez años de música religiosa, de conciertos gratuitos, para difundir un repertorio que difícilmente podemos escuchar sino en Oviedo. El viernes se celebró en la Iglesia de San Isidoro el Real -sede del ciclo-, uno de los conciertos más esperados de cada edición: el que protagoniza la Escolanía San Salvador. La Escolanía nació en 1973, bajo la dirección de Alfredo de La Roza. Se trata de una gran familia que mantiene "unos cimientos basados en el compañerismo, la tolerancia y el amor por la música". Así lo explicaba Ignacio Rico, Presidente de la Escolanía. Rico dedicó sentidas palabras de agradecimiento, también al maestro de La Roza, "por haber sembrado una educación en valores a través de la música, desde que teníamos seis años".

El programa de los escolanos, que dirigió Elisa García, estuvo integrado por obras de compositores que mantuvieron algún vínculo de amistad o trato con Alfredo de la Roza, y que por ello pudieron influir en su estilo como compositor. Tenía ganas de volver a escuchar a la Escolanía San Salvador después de tres años, pues los viernes -el día habitual de los conciertos de este ciclo-, suele ser intenso en la agenda musical de Oviedo. Me sorprendió el coro de jóvenes voces, sobre todo en las obras del Padre Otaño, como "Velum Templi", responsorio de Viernes Santo a cuatro voces. La Escolanía sonó aquí muy homogénea, lo que no es fácil de lograr en un coro. Y también emotiva, con mayores relieves de carácter y dinámica. Creo que ésta fue una buena prueba de las posibilidades musicales de la Escolanía.

Además, el coro centró su programa en la obra del Padre Prieto, sucesor de Otaño al frente de la Schola Cantorum de Comillas, y una de las figuras que más le influyeron. Prieto, compositor y musicólogo gijonés, fue, junto con Otaño, otro nombre fundamental en la renovación de la música religiosa en España, con la creación de un repertorio que unió tradición y modernidad, con otro alcance popular. La Escolanía abordó piezas de Prieto como "Aestimatus sum", responsorio de 1948 en el que el coro se mostró más sólido. No obstante, la música de Prieto es compleja, sobre todo en sus armonías -como en "Astiterunt reges" o "Dic Nobis, Maria"-, y falta aún lograr mayor seguridad en el movimiento y afinación de las voces. Pero tiempo al tiempo. Además, hay que destacar que desde esta parte del programa se contó, para mayor realce, con la incorporación de voces infantiles y del órgano positivo.

Del resto del programa conviene subrayar "Tus manos me hicieron", de sor Ángeles Álvares -monja benedictina del monasterio de San Pelayo-, con las voces angelicales de los más pequeños, para un dulce fraseo. Y "Chercher avec toi, Marie", de Alain Langrée -reconocido organista, profesor y compositor-, donde las voces de la Escolanía se sintieron más cómodas. Todavía queda un concierto del ciclo por disfrutar. Será el viernes a cargo del cuarteto de voces "Svetoglas", que cantará polifonía ortodoxa búlgara. El público tendrá ocasión de apoyar la actividad que realiza la Escolanía, apoyando con sus donativos la continuidad del ciclo Maestro de La Roza (véase la web: yosoydelciclo.com).

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