Oviedo desde lejos

Siempre creí que Peña Rueda se ve desde Oviedo, una cumbre de dos jorobas a la derecha de la Mostayal, que se cubre de nieve antes que ésta, hasta que el sábado subí con Emma A. Alba, Mina López Aparicio y su perra "Laika", muy propia para estas órbitas de más de dos mil metros de altura. En coche llegamos a Lindes, más allá de Cortes y de Bárzana de Quirós, tomamos café de manga en El Pixoto, y echamos a andar por el bosque Las Becerreas, cortado el camino por cientos de hayas caídas tras la nevada temprana del pasado otoño; subimos a la Veiga de Manín, al Praón y al airoso Cuchillar hasta la cumbre blanca del buzón y la otra oscura de las trincheras y parapetos de la guerra, dominando las vegas de Agüeria. Al sur el Tapinón y Siegalavá, al oeste los Fontanes y Ubiña, pero al enfilar hacia el Naranco se atraviesa la Gamonal del Aramo e impide ver la capital; y mira que me gusta observar Oviedo desde lejos.