Porque has dispuesto toda tu energía
en cuadros de dureza expresionista,
y luego fue el expresionismo dulce
que presentó acciones alegóricas
Porque tú construiste el escenario
fantasma de las calles de Oviedo,
como una pesadilla inconsciente
con tipos demenciales y anacrónicos.
Porque tu alma de niño muy adulto
habita los barrocos trampantojos
de diversos teatros, desde donde
nos miras hoy, vestido de payaso.
Porque tus profecías de poeta
con la voz ronca y fabuladora,
en la ausencia de tus seres queridos
vas a constituir una emoción.
Porque, desde esta distancia, te sabemos
eterno en el cariño a tu ciudad
y a nosotros, notarios de tu genio,
vayan estas palabras, Jaime Herrero.