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Carlos Cuesta

Un camarógrafo intuitivo y riguroso

El compañero que nos ayudó a conocer a fondo un medio de comunicación imaginativo

La muerte forma parte de la vida, es la ley existencial y Pepe Montes lo decía con cierta frecuencia. En el mejor vivir, morir. Es la tristeza y la cruel realidad. A Pepe Montes le gustaba disfrutar de los buenos placeres que ofrece la vida y a su manera era un hombre feliz. Sus viajes, sus amigos, su bicicleta y ese predio ocioso en la zona de San Esteban de las Cruces donde ejercía de experto agricultor a tiempo parcial. Y en ese campo liberador consumía muchas lunas entre tomates, pimientos, ajos, lechugas y buena sidra.

En este momento confuso y extraño por una muerte incomprensible, Pepe Montes vivió a fondo su trabajo en el Centro Regional de TVE en Asturias. Fue un cámara veterano y pionero en las primeras retransmisiones televisivas en Asturias. Diligente, animoso, comprometido con los buenos encuadres y con los auténticos planos secuencia, fue un compañero de altura y cargado de condescendencia en esos momentos de un reportaje imposible. Cuidadoso, esencial, abierto, disciplinado y siempre con una buena palabra en sus planteamientos. Era un profesional con las ideas claras y disfrutador de las buenas noticias y de los reportajes en la naturaleza. Qué buenas historias en las diferentes salidas a Redes, Somiedo, Muniellos o Los Oscos, por poner algunos ejemplos donde la brillantez profesional era su norma. Finalizado el rodaje, era la hora de las buenas sensaciones culinarias en el restaurante de turno o la casa de comidas amistosa. Pepe Montes se convertía en la persona más dichosa entre viandas y tertulia amistosa siempre con el trasfondo del trabajo bien hecho.

Hay muchas anécdotas qué contar y variadas historias en el camino profesional de este gran camarógrafo que convertiría este homenaje periodístico en excesivas palabras. Sólo mentar que Pepe Montes vivió una existencia feliz y que siempre estuvo sujeto a su cámara en una labor catódica encomiable. Sé que lo pasó bastante mal cuando le llegó la jubilación y que por él habrìa seguido trabajando a fondo con las bellas imágenes y aquellos paneos de cámara que ya son historia, la historia sobresaliente de un gran profesional que casi muere con las botas puestas. Y lo mejor de su personalidad era sus buenas maneras con el amigo, el compañero o el prójimo. Sin duda alguna te echaremos de menos y no quiero que sea frase usual. Tus años en la tele nos empujaron a todos los compañeros a querer y a conocer de verdad un medio de comunicación imaginativo y enorme. Muchas de las mejores imágenes de “Panorama Regional” llevarán para siempre la marca generosa y honrada de un cámara que nos deleitó en ocasiones con verdaderas obras de arte. La imagen fue su vida y a esta existencia intensa entregó su vocación.

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