Opinión

Un repaso a las peñas gastronómicas del pasado siglo en oviedo

La tradición culinaria desde el punto de vista aficionado en la capital asturiana

Aunque Oviedo no tiene una solera reconocida en la existencia de sociedades gastronómicas como en el País Vasco o Cataluña, sí tenemos constancia de algunas de ellas en la segunda mitad del pasado siglo. Todas tenían en común el alquiler de un local, un piso o un bajo, la ausencia de las mujeres, excepción de su presencia los fines de semana y los días festivos y el excelente ambiente de confraternización entre sus componentes. A pesar de la tradicional escasa aptitud de los hombre para cocinar, siempre había algún miembro que asumía las funciones de cocinero mayor.

Al margen de las peñas gastronómicas existen otro tipo de agrupaciones culinarias que, al carecer de local, se reúnen de manera periódica en un restaurante. Casi todas están desaparecidas por el lento goteo de bajas de socios y la falta de nuevas altas.

En relación con las sociedades gastronómicas de Oviedo, la más veterana es la de "El Rinconín" fundada en 1965 y sita en la calle Rio San Pedro con un reglamento aprobado el 15 de agosto del citado año. El coste de la aportación de entrada en los años 70 era de 5.000 pesetas y una cuota mensual de 200. Una característica común de estas sociedades gastronómicas consistía en no estar cerradas a quienes no fueran socios, pues siempre permanecían abiertas a los amigos de sus miembros. En sus normas estaban prohibidos los cánticos y conversaciones políticas que pudieran suponer molestias para el vecindario.

La afición a la micología fue el origen de la sociedad gastronómica "La Corra", presidida por el dinámico y recordado Armando Álvarez que incluso organizó en 1973, la "Primera Semana de la Divulgación Micológica". El mapa de esta afición se sitúa en el País Vasco sobre todo en Tolosa, donde anualmente se celebran concursos y exposiciones. "La Corra" tenía previsto participar en el Certamen Micológico de la localidad vizcaina de Galdácano del citado año.

Finalmente y tomando como referencia el nombre de la histórica tertulia "La Sorbona", en el piso superior de la cafeteria Garal, se fundaba la sociedad gastronómica "La Sorbona" presidida por José María Fernández-Ladreda. La sociedad contaba con sesenta asociados y en esa cifra se establecía el tope de sus miembros. El origen de la sociedad era buscar un punto de encuentro ante el elevado cierre de los cafés y bares tradicionales. Se inauguró en abril de 1977 y en el acto "La Corra" regaló un precioso plato. Su continuidad fue breve.

Recordamos, sin mucha precisión, la existencia de otras sociedades con menos recorrido. Una de ellas la denominada "Dos menos veinte", tuvo cierta continuidad en el último tercio del pasado siglo, ubicada en la zona de la calle Valentín Masip. Hubo otra bautizada "Los 27" pero nos alberga dudas si era de lotería o gastronómica. Aunque no responde al perfil de las peñas gastronómicas, es obligado citar por su la larga trayectoria y protagonismo en la defensa, pureza, divulgación y promoción de los quesos, la "Cofradía de los Quesos". Fundada en 1982, inicialmente se conformó con 40 miembros que aportaron 1.500 pesetas y 300 de cuota trimestral y para formar parte de ella era necesario contar con el apoyo de cinco cofrades.

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