Opinión

Sumando primaveras

El ensemble "Arcangelo" pone el broche de oro a la undécima edición del ciclo "Primavera Barroca"

Ya son once ediciones en las que el público ovetense ha podido disfrutar, durante la estación primaveral, de algunas de las agrupaciones más destacadas en la interpretación del repertorio barroco. En este sentido, se ha viajado a países diversos por medio de compositores diferentes bajo el mismo denominador común de la música barroca, para deleite de un auditorio que siente este ciclo –de la Fundación de Cultura en colaboración con LA NUEVA ESPAÑA– como pocos y responde con su asistencia a cada entrega. Lo hacen incluso en ocasiones como esta, cuando el tiempo no acompaña y la primavera se tiñe de un gris invernal o la ciudad celebra el tradicional Martes de Campo.

La "Sonata para violín y bajo continuo" descubrió la pulcritud interpretativa del ensemble "Arcangelo", con una sonoridad redondeada y muy sugerente, mostrándose precisos en cada una de las entradas o retiradas del sonido. El conjunto, muy equilibrado y ajustado en todo momento, fue igualmente cuidadoso con el volumen, confiriendo mayor atractivo a cada una de las piezas. La "Sonata metódica número 2 en la mayor" de Telemann demostró que, pese a la reducida plantilla, el sonido no resultó monótono en ningún momento, generando gran atractivo por unas dinámicas hábilmente trazadas. Además, la experiencia de los músicos les permitía matizar cada una de las frases, creciendo juntos y respirando a la vez, regalando al respetable una notable ejecución.

La selección de "A collection of old scots tunes", de Barsanti, fue toda una delicia. Los "Arcangelo" descubrieron un crisol de bucólicas melodías –que remiten de forma indeleble al folclore escocés– donde cada instrumento aportaba un tema nuevo, favoreciendo la vitalidad y frescura propias de unos motivos que se iban moldeando a través de cierta improvisación al más puro estilo barroco. Cerraba la primera parte la "Ciaccona en do mayor" de Bertali, donde el conjunto (sin violín) exhibió todo su buen gusto y delicadeza, con un sonido siempre bien timbrado.

La segunda parte se iniciaba por medio de la "Sonata en trío número 3 en la mayor", de Erlebach. Interpretación muy coral del grupo liderado por Jonathan Cohen, dejando pasajes de gran belleza recreándose en su esmaltada sonoridad y su impecable afinación. Por su parte, la "Sonata seconda para violín y bajo continuo", de Pandolfi Mealli, fue brillante. Los músicos supieron plegarse a las exigencias de la partitura para ofrecer una teatralidad muy barroca, con momentos dolientes en el violín y otros de un virtuosismo exacerbado que rindieron al público de la sala de cámara, menos numeroso que en ocasiones anteriores pero muy respetuoso durante las más de dos horas de velada musical.

Otro de los momentos mágicos fue la interpretación de la "Sonata número 5 de Les fantaisies bisarres de la goutte", de Schenck, donde Baù reconstruyó la parte de viola da gamba a partir del repertorio conservado del compositor neerlandés. Se trata de una obra muy interesante, con una intensidad expresiva latente que Baù ejecutó con mucha inteligencia, apoyándose en el atractivo y meloso sonido de su instrumento. Excelente recital que suma una primavera más al casillero barroco ovetense.

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