Opinión | Crítica / Música

Chapeau!

Notable velada de música española, con la OSPA, Mouriz y la batuta de Juanjo Mena

La célebre expresión francesa –utilizada como muestra de admiración o respeto– y que simboliza el acto de descubrirse ante alguien, no puede ser más apropiada para el concierto del viernes donde la OSPA interpretó, entre otras piezas, "El sombrero de tres picos", cuya versión inicial –"El corregidor y la molinera"–, daba título al programa: "La bella molinera" (bien es cierto que, a primera vista, podía confundirse con el homónimo lied schubertiano). Ravel, Montsalvatge y Falla protagonizaban esta velada musical. Siempre es agradable y debemos animar la programación del repertorio español, aunque sean figuras tan canónicas como los dos compositores nacionales mencionados anteriormente.

Chapeau!

Chapeau! / Jonathan Mallada

La "Rapsodia española", de Ravel, nota discordante llegada allende los Pirineos, ya evidenciaría una orquesta bien ensamblada. El volumen contenido del "Preludio a la noche" desbordaría en una pasional "Malagueña", con unos metales potentes y bien timbrados. La estilizada "Habanera" pintaría un sugerente universo repleto de color que estallaría en el vendaval de la "Feria", con una emisión muy cuidada en las maderas y una OSPA compacta, bien manejada por Juanjo Mena.

Para la ejecución de las "Cinco canciones negras" de Montsavatge se contaba con Clara Mouriz. La mezzo supo alternar los registros de pecho y cabeza, desplegando todo el lirismo que encierran las melodías en, por ejemplo, "Punto de habanera" (donde los trombones debieron cuidar más alguna de sus entradas). Mouriz sostuvo los graves con suficiencia, cuidando especialmente los finales y los pianísimos, generando una atmósfera intimista de cierto efectismo. No obstante, le costó traspasar a una nutrida formación que no renunció a un sonido poderoso en "Cuba dentro de un piano" y "Canto negro", donde Mena debería haber regulado mejor el ímpetu de los músicos de la OSPA.

"Vivan los que ríen", de "La vida breve" de Manuel de Falla destapó un registro diferente en la mezzo española, más cómoda que en la primera mitad. Plena de confianza, aportó el peso y el vibrato necesarios, redondeando su voz con acierto, cuidando incluso los seseos de una dicción bien estudiada. El concierto remataría a través de la interpretación de "El sombrero de tres picos". Mena emergió desde el pódium plasmando esa sonoridad tan particular y atractiva del compositor gaditano, exhibiendo un nivel excelente cada una de las secciones. El director vitoriano jugó con el tempo y el volumen sin resentir la ejecución, apoyándose en unas maderas impecables y en una cuerda bastante homogénea y sedosa. El equilibrio y la pulcritud cobraron vida propia a través de la esmerada ejecución, salpicada de sutilezas en la percusión y en las maderas, con unos metales robustos y brillantes. Buen concierto de la OSPA, con un repertorio atractivo y una solista técnicamente notable. Chapeau!

OSPA: Abono XII

Intérpretes: Clara Mouriz (mezzosoprano) y OSPA.

Concertino: Aitor Hevia

Director: Juanjo Mena

Programa: Obras de Ravel, Montsalvatge y Falla.

Auditorio Príncipe Felipe, viernes 20.00 horas

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