Entrevista | Marta del Arco Directora general de Infancia y Familias del Principado de Asturias

"No veo correcto el uso del smartphone por debajo de 13 años"

"Los niños, niñas y adolescentes de los grupos de participación saben perfectamente dónde están, lo que pueden pedir y lo que no, dicen cosas muy interesantes"

Marta del Arco, en su despacho de la consejería de derechos sociales, en Oviedo.

Marta del Arco, en su despacho de la consejería de derechos sociales, en Oviedo. / David Cabo

Mariola Riera

Mariola Riera

Marta del Arco es diplomada en Magisterio por la Universidad de Oviedo y Educadora Social habilitada por el colegio profesional de educadores sociales de Cantabria y cuenta con una amplia y nutrida trayectoria en educación social y asuntos relacionados con la infancia y la juventud. En esta legislatura se ha puesto al frente de la Dirección general de Infancia y Familias tras haber dirigido el Instituto Asturiano de Infancia

–Día mundial de la Infancia. ¿Qué se conmemora?

–Afrontamos una celebración que afecta en esta comunidad autónoma al 12,85% de la población. Son 128.600 y pico menores de edad, niños, niñas y adolescentes, que son ciudadanos del presente, no del futuro. Ciudadanos del aquí y del ahora, que tienen derechos al igual que los adultos. Es el gran día de hacer visible el derecho a la participación. También de otros derechos , por ejemplo, derecho al bienestar emocional , a la salud mental, que este año ha salido tanto a colación.

–¿Y cómo definiría, qué radiografía hace de ese 12,85% de la población asturiana?

–En general nuestros niños, niñas y adolescentes son muy visibles aquí, participan y están presentes en nuestra vida diaria, en nuestras calles, en la televisión y, donde hay oportunidad, en la vida política de aquellos municipios que están comprometidos con la infancia. Estos niños y niñas que han padecido ciertamente las consecuencias de la pandemia del covid, que mermó sus relaciones sociales, tan importante en el desarrollo infantil hablan ahora, abiertamente, de su salud mental. Pero yo los veo en definitiva participativos y dispuestos a tirar para delante de Asturias. Los niños y niñas de los grupos de participación saben perfectamente dónde están, lo que pueden pedir y lo que no, dicen cosas muy interesantes.

"El Principado centra su esfuerzo en conseguir que el mayor número niños de hasta 6 años en centros tenga una familia de acogida"

–¿Cree que protegemos excesivamente a los menores?

–A nivel familiar hay ciertamente un poco de inconsistencia en cuanto a la protección, a los límites fundamentalmente, a los cuidados. Se va de una protección excesiva a una libertad excesiva. Quizás hay un poco de desconcierto, el cambio social es muy importante. Estamos en un momento de cambio, en un momento donde convergen muchas cuestiones, muchas necesidades y donde el modelo de protección, el modelo de cuidado familiar es un modelo cambiante también en cuanto a la forma de poner límites a los niños y niñas.

–Asturias presume de su alto número de Ciudades Amigas de la Infancia, 44 ni más ni menos ¿Demuestra esto una especial preocupación por estas edades?

–Cuando voy a Madrid al Ministerio todo el mundo me felicita por eso. Justamente yo creo que somos la comunidad donde las políticas públicas apuestan claramente por sus ciudadanos menores de edad, para que participen. Es muy importante.

–El Principado acaba de presentar "Pa que nos escuchen", el modelo de participación.

–Este modelo arranca en el año 2006 y está basado en disponer de estructuras a nivel autonómico y municipal, y en el compromiso político y técnico de impulsar la participación. Es necesario que los ayuntamientos generen espacios para esto y les den voz en la vida política a través de los planes municipales de infancia con los grupos de participación infantil. El modelo recoge justamente esto, con el impulso de la comunidad autónoma. En su momento se creó el foro de los derechos de los niños, niñas y adolescentes, que está compuesto por todos los representantes de estos grupos municipales de participación, que tiene un ámbito autonómico. Y luego está el foro de alcaldes y alcaldesas de aquellos ayuntamientos que tienen planes de infancia. Estas estructuras, tanto a nivel municipal como autonómico, permiten mantener cauces de participación. Por poner un ejemplo, con el anteproyecto de ley de infancia, que esperamos tramitarlo ya el año que viene, se hizo una consulta a todos los niños para tener en cuenta sus ideas. Se tuvieron en cuenta todas, salvo una difícil: rebajar la edad para ejercer el derecho al voto.

"A mí lo que me preocupa, más que las redes sociales, es la información que se maneja en ellas, mucho son falsas noticias, ideas de difícil encaje... ahí debemos estar los adultos, intentando informar y educar al menor"

–El modelo se llama "Pa que nos escuchen". ¿Y para qué quieren la infancia y adolescencia asturianas que les escuchen?

– Pues quieren que les escuchen en los ámbitos en los que se mueven: en los colegios, en los juzgados, en asuntos de salud, de servicios sociales... Aquí es donde más se sienten escuchados, pero hay que tener en cuenta que son los servicios sociales quienes llevan dinamizando la participación a lo largo de todo este tiempo y por tanto lo hacen bien: se sienten escuchados por ellos

–¿Qué piden?

–Pues en los hospitales, en los centros de salud, que los médicos y las enfermeras les hablen en el lenguaje que entienden. En el colegio, que los profesores sean más amigables, que les den más tiempo para hacer cosas más divertidas en el aula y que hablen con un lenguaje más entendible. La Justicia, por ejemplo, les asusta, quisieran que los psicólogos fuera más cercanos.

–¿Le sorprenden estas demandas?

–No, para nada. Lo que me sorprende es que esto nos cueste ponerlo en marcha , pero ahora estamos en un buen momento. La LOPIVI ha impulsado como ninguna ley la coordinación intersectorial y todos los sectores compartimos líneas estratégicas y eso es muy importante

–Uno de los asuntos que preocupan mucho referente a los adolescentes es su salud mental: acoso escolar, casos de suicidio a edades muy temporadas. ¿Qué estamos haciendo mal?

–La consejería de Salud ha elaborado en coordinación con la Consejería de Educación,, han hecho en Asturias un excelente protocolo en temas de cómo prevenir y abordar, en este caso concreto, el suicidio. Y también está el plan de acoso escolar, que es obligatorio y cada colegio lo tiene que tener. Frente al acoso escolar está el control del gran grupo en clase. Yo creo que se debe y se hace , prevenir, concienciar, en las aulas sobre la igualdad de trato, el respeto. Y en el caso de los menores especialmente vulnerables, pues que el gran grupo ejerza de protector. La tutoría entre iguales es un excelente programa para prevenir el acoso escolar.

–Hay un gran debate en torno a la edad indicada para que un menor tenga teléfono móvil. Ahora mismo hay un movimiento que defiende los 16 años como edad mínima. ¿Qué opina?

–Hay que tener en cuenta que el uso del móvil implica el uso de redes sociales, de internet. Creo que es algo que corresponde a la familia limitar su uso y hacerlo a unas edades en las que los niños y niñas puedan entender lo que está pasando. Para mí 13 años es una edad por la que se puede empezar. Ahí se está en un momento de un proceso de crecimiento cognitivo en el que ya se puede entender. Antes de esa edad, no soy partidaria pues el menor no puede manejar lo que se encuentra en ese gran mundo sin límites. El acceso a la pornografía, a su consumo, empieza con nueve años. ¿De quién es la responsabilidad? Nuestra como adultos. Primero, debemos formar, dar información y poner límites al uso de los smartphones. Por debajo de 13 años no lo veo adecuado.

–Los riesgos de internet son muchos.

–Internet es como una gran calle oscura en algunos rincones, en los que no ves y en los que la gente puede seducir a través del móvil, engañar. Lo hacen y lo hacen muy bien. Entonces, yo creo que es una labor de formación también de los adultos. Lo que está claro es que internet está ahí, no se le pueden poner puertas, y por tanto hay que educar. Si ahora voy a tener más información y también primero, pues enséñame y cuéntame a qué me voy a enfrentar, dame herramientas para protegerme ante esas cosas que van a llegar antes a mi vida. Todo hay que unirlo al proceso cognitivo de los niños y niñas. Un niño con nueve años no sabe discernir entre lo que ve cuando consume pornografía y lo que hay en la vida real. Con 13 o 14 años, sí. Con 14 años ya son responsables penales de sus actos. Por tanto, yo creo que 13-14 años podría ser una edad adecuada para poder comenzar a entender lo que Forma parte de internet y lo que es la vida real.

–¿Y las redes sociales? ¿Habría que limitarlas a los menores?

–Yo insisto: en esa gran calle que es internet están las redes sociales. Es un hecho y son su manera habitual de relacionarse. Vas por la calle y te encuentras grupos sentados en un banco, todos con sus móviles. Eso es así. A mí lo que me preocupa, más que las redes sociales, es la información que se maneja en ellas. Mucho son falsas noticias, ideas de difícil encaje... Ahí debemos estar los adultos, intentando informarles y darles espacios de contraste. Lo que no creo es que negar el mundo que les toca vivir a los adolescentes, internet, las redes, sea útil. Es que ya estamos hablando de inteligencia artificial. Lo que tenemos que tener claro, insisto, es a partir de qué edad un niño o niña puede discernir entre realidad e internet y puede protegerse. Antes, tu madre te decía que no pasaras por una determinada calle oscura, que tuvieras cuidado por donde ibas, pues ahora hagamos lo mismo pero adaptado a estos tiempos.

"Un niño con 9 años no está preparado para consumir pornografía, por tanto no debería tener un teléfono con acceso libre a internet"

–Cuestión de sentido común.

–Sí. El sentido común es preparación, es formación, es poner límites. Un niño con 9 años no está preparado para tener acceso a internet y al mundo que muestra por tanto no debería tener un teléfono con acceso libre a internet. Otra cosa es que tenga un móvil para llamar a mamá o a papá , si es necesario. Pero nada más. Creo que para todo hay que poner una edad. La hay para votar, la hay para tener responsabilidad penal, pues también para internet.

–La Xunta de Galicia prevé imponer multas, en su ley de protección de la salud del menor, a aquellos que consuman bebidas energéticas, ahora tan en entredicho.

–Desconozco la ley, pero las prohibiciones no son la estrategia. Yo creo que hay que dar canales y lugares para pensar, como los grupos de participación. Explicar y convencer a la gente de algo, por qué no debe hacer una cosa. Creo que la prohibición en la edad adolescente, cuando se está precisamente en un momento de transgredir, no tiene sentido ni es eficaz

–Quería preguntarle por el plan para que la mayor parte de menores en acogida estén con familias.

–Los niños y niñas que están en centros de acogimiento residencial viven completamente integrados en la comunidad, van al colegio, al cine, de vacaciones, a cumpleaños, salen con sus amigos... Es decir, tienen una vida absolutamente comunitaria e integrada. La cuestión es que la ley de protección jurídica al menor dice que los niños de hasta 6 años tendrán que estar en acogimiento familiar preferiblemente al residencial.

–¿Hay familias suficientes?

–Hemos aumentado mucho el número de familias de acogida, para ese tramo de edad, porque es aconsejable que los niños y niñas se desarrollen en ambientes familiares, que son mucho más cálidos, más continuos, más seguros. En ese tramo de edad es muy importante, pues es la época de desarrollo, de apego, y es importante tener cuidadores continuos. En eso estamos centrando nuestro esfuerzo.

–¿Ha crecido, quizás, con la crisis el número de familias que no pueden hacerse cargo de sus menores?

–No. En la memoria publicada, las situaciones de desprotección siguen siendo la negligencia en los cuidados. Las familias no suelen entregar a los niños salvo a los adolescentes cuando son incapaces de controlarles la conducta. Es lo que se llama ceder la guarda. Este motivo es el único que ha aumentado.

–¿Serían deseables más adopciones?

–Lo que es deseable es que cuando un niño pueda ser adoptado, se adopte. La adopción es un derecho de los niños y niñas. Y hay que diferenciar adopción de acogimiento. Si tú me preguntas ahora cuántos niños pueden salir en adopción, te diría que solo una parte de los 380 de los que hay ahora en los centros de acogida. Posiblemente muy pocos. Ahora bien, ¿cuántos niños pueden estar en acogimiento? Te diría que todos, los 380. En Asturias la adopción va en aumento y bien. Trabajamos con la disponibilidad de las familias

–¿Qué es eso?

–Si yo llego a solicitar una adopción y digo que quiero un bebé sin antecedentes familiares (drogadicción, enfermedad mental)mis posibilidades de una adopción rápida serán menores que si digo que no tengo problemas de edad, sexo, antecedentes. No obstante, las pruebas que hacemos deben ser exhaustivas, somos la administración y tenemos que garantizar que los niños y niñas estén en un entorno familiar que les proteja firmemente. Una segunda ruptura de convivencia sería nefasto para ellos.

–Tiene cierta mala fama la adolescencia actual, de falta de implicación, algo pasota... ¿Comparte esto?

–A mí me encantan los adolescentes. Creo que están llenos de vida, de rebeldía. Eso es así. Se les tiene que oír bastante, porque tienen muchas cosas interesantes que decir y hay que tener mucha paciencia con ellos, evidentemente, pero hay que escucharles. Creo que se les escucha poco. Opino totalmente lo contrario de que estén desentendidos. Son un grupo con grandes preocupaciones, pero igual no trascienden y debemos tratar de que sean escuchados.