Con el último año jubilar lebaniego, en 2017, más de 100 autobuses diarios de visitantes pasaban por Panes, la capital de Peñamellera Baja. En 2023 se celebra el próximo año jubilar y entonces se verá cuánto podrá rentabilizar este concejo los ecos de la industria turística que mueve la comarca cántabra de Liébana. Será, sin duda, una buena oportuniad para un municipio que, pese ser una doble puerta de entrada a los Picos, por Asturias y por Cantabria, sigue en declive. Sólo desde comenzo de siglo ha perdido el 22 por ciento de su población. Ahora el padrón está en 1.244 habitantes frente a los 3.496 que tenía a principios del siglo XX. Desde el año 2000, en Peñamellera Baja se han esfumado casi el 30% de los empleos, especialmente en el campo, donde han pasado de 248 a sólo 79 puestos de trabajo.