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Al Oviedo le gusta el Mundial

Los azules lograron tres ascensos y la mejor clasificación en Primera (3.º) en las temporadas posteriores a una Copa del Mundo

Al Oviedo le gusta el Mundial

En el fútbol todo queda en un segundo plano cuando, como pasa este verano, se juega un Mundial. Los fichajes se paralizan, los clubes pierden la importancia mediática habitual y casi todas las miradas fútboleras se dirigen al país que acoge el Mundial, donde las selecciones (pocas, sólo ocho países campeones en la historia de los Mundiales) buscan la gloria eterna cada cuatro años.

Pero después del torneo regresa la tensión competitiva de las ligas domésticas y el Oviedo, inmerso en la planificación deportiva, buscará ascender a Primera en la 2018-19 que se avecina y, se da el caso, de que a los azules les suele sentar bien la temporada después de un Mundial. Para empezar, el Oviedo sabe lo que es dar el salto a Primera justo después de una Copa del Mundo; logró el quinto ascenso de su historia en la campaña 1974-75, después del Mundial celebrado en Alemania, que precisamente ganaron los germanos.

Primer motivo de optimismo para la hinchada azul; el Oviedo ya sabe lo que es ascender a Primera tras una Copa del Mundo. Otro hito conseguido por los azules en temporadas post-Mundiales es la mejor clasificación histórica de Primera. En 1934 se jugó el Mundial de Italia (también lo ganaría la anfitriona), donde uno de los jugadores estrellas del combinado español fue el oviedista Lángara, mejor goleador nacional de todos los tiempos y el único azul que jugó un Mundial mientras estaba en las filas del Oviedo.

En la temporada siguiente a esa Copa del Mundo, la 1934-35, el conjunto carbayón quedó tercero en Primera, su mejor clasificación en la máxima categoría hasta la fecha. Era el Oviedo de la llamada "segunda delantera eléctrica" (formada por Casuco, Gallart, Lángara, Herrerita y Emilín) y precisamente el delantero vasco fue el "Pichichi" de la Liga con 27 goles en 22 partidos.

Ese hito en la historia azul, quedar terceros en Primera, también lo repitió el Oviedo después del Mundial de Chile 62, que levantó la ahora pentacampeona Brasil. Aquel conjunto es recordado por históricos como Toni Cuervo y Sánchez Lage y se da la casualidad de que había un brasileño en la plantilla del Oviedo, el punta João Jorge Constantino.

Avanzando en el tiempo también se ven otros ejemplos de alegrías del oviedismo después de la celebración de Copas del Mundo. El último gran logro, la vuelta al fútbol profesional en 2015 en Cádiz después de la época del barro, vino después del último Mundial, Brasil 2014, que se llevó Alemania. No es el único salto a la categoría de plata de los azules tras un Mundial, ya que también ascendió a Segunda en la campaña después del Mundial de Argentina 78, que se llevó la albiceleste.

La nota negativa de la trayectoria del Oviedo después de los Mundiales, que la hay, se debe buscar en la época negra del club, la que va desde la caída a Tercera en 2003 hasta la vuelta al fútbol profesional en Cádiz doce años después. El descenso administrativo a Tercera llegó en la 2002-03, la temporada justo después del Mundial de Corea, que ganó la Brasil de Ronaldo Nazario. Tres años más tarde, en la 2006-07, el Oviedo volvió a caer a la última categoría el fútbol español, por méritos deportivos esta vez, tras la Copa del Mundo de Alemania en 2006 que se llevó Italia.

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