Algo está cambiando. Admítanlo. Los oviedistas estamos poco acostumbrados a los finales épicos, a remontar un partido en los últimos minutos. A que nos salgan las cosas bien, vamos. Y el partido de Cádiz era de esos que en otras temporadas hubiéramos perdido de todas todas. No hubiera cabido otra posibilidad. Pero esta temporada, no. Esta temporada es diferente. Muy diferente. Esta temporada hay calidad y, como decía Tejera al final del partido, hay otra cosa que faltaba otros años. Agallas, aunque él usó otra palabra más gruesa.
La derrota hubiera sido un resultado injustísimo. Admítanlo. El Oviedo apretó de lo lindo a un Cádiz que ya no es el de las temporadas pasadas porque le falta bastante pólvora en el ataque y le sobra prepotencia en el banquillo. También los azules son muy distintos. Mucho. Especialmente en agallas.
Que algo está cambiando lo demuestra también que este equipo compite bien fuera de casa. Algo a lo que no estábamos acostumbrados. Admítanlo. Nunca le pierde la cara al partido porque tiene jugadores para controlar el cualquier partido a su antojo y para maniatar a cualquier rival. Esto es otro rollo.
Ahora, qué diferente fue el Oviedo de la primera mitad de la ciudad andaluza que el de la segunda. El de la primera salió sin miedo, a por todas. El de la segunda salió acongojado. Admítanlo. Y se vio condenado por un nuevo error infantil en defensa. Pero esto es otro rollo, es otro Oviedo. Así que confíen en los de Anquela.
