El Oviedo había ganado (0-2) en la Copa en el Francisco de la Hera (el mismo estadio, antes de ser remodelado, que los de Anquela visitan hoy) pero una presencia a la llegada del autobús procedente de Almendralejo hizo que Jabo Irureta se temiera lo peor. Juan Mesa, secretario general del Oviedo, esperaba la llegada del vehículo. "Recuerdo que venía en el bus de vuelta dándole vueltas a mi situación, aunque, siendo sincero, no esperaba que me despidieran", cuenta ahora Irureta, buena memoria la suya.
Aquel choque en Almendralejo fue el último capítulo del Euro-Oviedo, el único equipo en la historia azul que logró inscribir su nombre en una competición continental. El 4 de febrero de 1993, Irureta dejó de ser entrenador del conjunto azul después de tres temporadas y media que "me hicieron sentirme entrenador de Primera con todas las letras", según relata. Y que supusieron para el Oviedo su paso a la edad adulta en el panorama nacional.
Aquella escena en el autobús, de regreso desde Almendralejo, tiene un contexto. Tres días antes del choque copero, la exigente grada del Tartiere había estallado contra el entrenador. El Oviedo empataba a cero frente a un Logroñés con un jugador menos desde el minuto 14. Los azules eran 15.º. El consejo de administración, presidido por Eugenio Prieto, barajaba la posibilidad de la destitución, aunque la premura del choque de Copa aconsejaba cautela.
Celso González, junto a los también consejeros José Manuel Lobato y Moisés Álvarez, se desplazó el mismo miércoles de partido a Madrid para negociar con Radomir Antic. LA NUEVA ESPAÑA publicó aquella reunión, por lo que Irureta se olía lo que podía suceder.
"No estábamos bien en la Liga pero tampoco creo que fuera tan grave. Tenía esperanzas de reconducir la situación, de seguir mi carrera en el Oviedo", cuenta Irureta. No fue posible. Lo que Juan Mesa tenía que comunicarle es que el consejo estaba reunido para decidir qué pasaba con su futuro. Tras el "ok" de Antic esa misma mañana, la destitución estaba decidida. En tierras extremeñas, Eugenio Prieto se dirigió a la habitación del hotel de Irureta para comunicarle la decisión. Pero la expedición azul ya había salido rumbo a Oviedo. Por eso el anuncio se hizo ya en tierras asturianas.
El 4 de febrero, entrada la tarde, el consejo puso en conocimiento del vasco la decisión. Irureta recuerda una anécdota que cerró el día: "Aquella noche me llamaron para entrar en antena José María García y José Ramón de la Morena. Era la época de dura competencia. Primero entré con García y me tuvo unos 20 minutos en espera antes de empezar la entrevista. Lo que quería era que estuviera en su programa y no entrara en el de De la Morena".
A pesar de ese borrón, Jabo guarda un recuerdo magnífico de su etapa en Oviedo. "Es algo que nunca voy a olvidar. Había entrenado ya al Logroñés en Primera, pero a partir de los años en Oviedo se lanzó mi carrera y es algo que siempre agradeceré al club", subraya.
