El Oviedo no es ajeno al fuerte temporal que acecha estos días a Asturias y las intensas lluvias están afectando, y mucho, al día a día del equipo, el mejor conjunto de Segunda en lo que va de año. El último contratiempo azul es climático. Los de Juan Antonio Anquela tuvieron que suspender ayer el entrenamiento en El Requexón, completamente inundado por el río Nora, en unas condiciones que hacían muy difícil incluso el acceso por la estrecha carretera que lleva a la ciudad deportiva azul y totalmente impensable la práctica del fútbol.

El agua inundaba todo El Requexón, que parecía más bien una piscina que un recinto deportivo, incluido el aparcamiento y el exterior de la pequeña sala de prensa. Todos los campos estaban empantanados. Ante el contratiempo la plantilla carbayona tuvo que cambiar el plan de trabajo sobre la marcha y ejercitarse en las instalaciones Tensi, de hierba artificial.

El club intentó trasladar el entrenamiento al campo universitario de San Gregorio para ejercitarse en hierba natural y no cambiar la superficie de trabajo, un factor clave para evitar lesiones, según los expertos, pero las instalaciones universitarias también estaban encharcadas y al Oviedo sólo le quedó la opción de ir a Tensi. El cambio de hábitat debido a las lluvias, el poco descanso y la plaga de lesiones provocan que los azules vayan muy mermados a La Romareda para enfrentarse mañana al Zaragoza (21.00 horas). Es algo que preocupa en el club en el cuerpo técnico y, aunque la plantilla huye de poner excusas, es consciente de que el escenario es un problema añadido. "No son las condiciones ideales para trabajar, pero tenemos que adaptarnos. Hay que pensar en Zaragoza e intentar seguir la racha que llevamos en 2019. Las condiciones para trabajar son las que son", admitió ayer Christian Fernández, uno de los capitanes. El equipo azul, desde el último partido ante el Extremadura el domingo, sólo ha tenido tres días para entrenarse sobre el terreno de juego (el lunes estuvieron en el balneario de Las Caldas) y dos de ellos -ayer y hoy- en una superficie de hierba artificial, algo impensable para un partido de máxima exigencia en Segunda División. El Zaragoza ha tenido mucho más descanso que los azules (jugaron el sábado a domicilio contra el Rayo Majadahonda, 2-2) y, además, se entrenó con normalidad. Los azules, en cambio, tuvieron un largo viaje por carretera de vuelta de Almendralejo y hoy después el entrenamiento afrontan otro (unas seis horas) hasta Zaragoza.

Berjón sigue al margen

El otro frente de batalla del Oviedo son las lesiones. Los azules cuentan con cuatro futbolistas en la enfermería (Forlín, Berjón, Omar Ramos y Viti). Berjón, con una tendinitis pero sin parte médico oficial, sigue al margen, como temía el club cuando fue descartado para Soria en el primer partido del año. Ibra, en cambio, está listo para entrar en la convocatoria.