Varios miembros del Oviedo, a la hora de valorar la breve historia de Omar Ramos en Asturias -apenas un año- hacen referencia al mismo término: la adaptación. El extremo canario llegó para liderar el ataque del club azul junto a Saúl Berjón (eso se decía en los despachos del Oviedo en el momento de su contratación, en diciembre de 2018) y se marcha sin haber entrado de lleno en los planes de tres entrenadores: Anquela, Rozada y Egea. Pocas conclusiones pueden sacarse de su participación en la temporada pasada: solo doce partidos con una lesión de por medio. Aunque algo debió ver Michu, que apostaba por darle carpetazo en verano -de ahí su ausencia en la convocatoria en el primer partido de Liga ante el Dépor-. El objetivo no se consiguió y Omar siguió en el barco, aunque el club siempre se movió entre bambalinas para arreglar su marcha a la primera oportunidad. Las constantes noticias sobre su posible adiós, además, trajeron de cabeza al extremo durante los últimos meses. Omar, un tipo valorado dentro de la caseta del Oviedo, se propuso darle la vuelta a su situación y convencer a Javi Rozada, que incluso le dio la alternativa recientemente ante el Almería. Arnau, en cambio, fue meridianamente claro con él y no se movió un ápice. Y, pese a lo dificultoso de la operación, en el Oviedo siempre fueron optimistas con su salida. Ayer, por fin, se logró el objetivo buscado hace seis meses. En la Ponferradina le esperan con los brazos abiertos.
