Tras caer con el Elche 0-2 a mitad de septiembre, el consejo de administración del Oviedo se reunió de urgencia en el Carlos Tartiere para valorar la posibilidad de tomar una decisión drástica sobre el banquillo del Oviedo. Sergio Egea navegaba en la última posición con un punto y el Tartiere había mostrado su disconformidad. Aquella reunión fue intensa, con algunas posturas enfrentadas. Había quien creía que lo mejor era un cambio inmediato. Otros, optaban por esperar: 4 días después, los azules jugaban ante el Extremadura, también en casa. Así que se decidió votar. Hubo tres personas (Jorge Menéndez Vallina, Fernando Corral y Manolo Paredes) que votaron a favor del relevo inmediato: Rozada por Egea. También se registraron dos votos en contra. Del Olmo y Michu, curiosamente los dos principales apoyos de Rozada en el club, creían que había que esperar al menos una semana más. Fue el consejo el que impulsó el paso delante de Rozada y vuelve a ser el consejo, con el beneplácito de Arturo Elías, el que confía en la labor del técnico para sacar al Oviedo del atolladero en el que se ha metido. Al menos a corto plazo.
La situación, reunión en caliente, volvió a repetirse el sábado tras la derrota azul ante el Alcorcón (1-2). En esta ocasión con más asistentes (también estaba Francesc Arnau, César Martín, David Mata y Federico González) y contó con la intervención de Arturo Elías desde México. Según fuentes del club, en esta ocasión el despido del entrenador nunca estuvo encima de la mesa. Pero sí se trasladó a Rozada, que llegó al encuentro tras atender a los medios de comunicación, la necesidad de que deben llegar los resultados cuanto antes.
Como sucedió en septiembre, también ahora encuentra Rozada en el consejo de administración su defensa más fuerte. Según fuentes conocedoras de la reunión, otros agentes como Arnau o Federico González, también se muestran de momento reacios a un relevo en el banquillo. Pero fue el consejo el que hizo la defensa más encendida de la labor del entrenador. La apuesta que en su momento hicieron por el entrenador ovetense se mantiene, al menos a corto plazo. Al final, como sucede siempre en el fútbol, serán los resultados los que dicten sentencia.
Como en todas las decisiones de calado, también ahora es trascendental la posición de Arturo Elías. El yerno de Slim, que ya casi no se prodiga en redes sociales para hablar del Oviedo, se posiciona en la misma línea que su consejo. Quiere darle otro margen de confianza a Rozada. Al menos es esa fue su postura manifestada en la reunión (intervino por línea telefónica) con los diferentes empleados del Oviedo.
La posición está clara: se cree en la reacción de la mano de Rozada. Pero nadie se atreve a poner la mano en el fuego a medio plazo. Es decir, es una apuesta condicionada a los resultados. Se necesita sumar de tres en tres ya. La situación clasificatoria no ayuda a mejorar el panorama. Los resultados de ayer convierten al Oviedo en equipo virtualmente de Segunda B, un factor que añade presión a una semana ya de por sí cargada.
