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La afición estalla con los jugadores: "Peseteros, nos lleváis a Segunda B"

Christian se paró a dar explicaciones a los hinchas l El Requexón, con mensajes hacia los futbolistas: "La paciencia se está agotando"

La afición del Oviedo estalla con los jugadores: "Peseteros, nos lleváis a Segunda B"

La afición del Oviedo estalla con los jugadores: "Peseteros, nos lleváis a Segunda B"

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La afición del Oviedo estalla con los jugadores: "Peseteros, nos lleváis a Segunda B" Lugo, Xuan FERNÁNDEZ

La despedida dentro del campo, fue un simple aviso. El árbitro pitó el final, los jugadores del Oviedo hacían piña en el centro del campo mientras el capitán, Berjón, tomaba la palabra y la afición desplazada, unos 2.000 seguidores, les despidió con gestos de rechazo y una tímida bronca en comparación con lo que se vio luego. Lo gordo llegó en el exterior del estadio, cuando decenas de aficionados del Oviedo esperaron, detrás de una valla y bajo la vigilancia de la Policía, junto al autobús de equipo, que aguardaba para llevar a la expedición de vuelta a Asturias. "¡Peseteros, nos vais a llevar a Segunda B!"; "hay que correr más", "caraduras". Los jugadores del Oviedo se fueron del campo, tras la derrota en Lugo, con una bronca sin precedentes en el club azul en los últimos cinco años.

Hubo jugadores especialmente en el foco, como Saúl Berjón, Tejera o Carlos Hernández, que se llevaron la peor parte. "La culpa luego será de Twitter, menos fotos de Instagram y más ganar partidos", decía una aficionada. Ortuño también fue señalado y miró para la afición con gesto de incredulidad bajo la pitada general. De los pocos que se salvaron de los reproches fueron Lunin, Luismi -ovacionado- e Ibra. No se libró ni Dani Bautista, delegado y exfutbolista azul (2014-2016). "Vividor, que fuiste un jugadorín", le gritó un aficionado detrás de la valla. El único jugador que se paró a dar explicaciones -Vallina y Paredes lo hicieron al salir- fue Christian Fernández, uno de los capitanes del equipo. El cántabro fue requerido por Jaime Campillo, vicepresidente de la Asociación de Peñas Azules (APARO). "Hay que levantar ese vestuario, los capitanes tenéis que dar la cara, que nos vamos a Segunda B y ya sufrimos mucho", le dijo Campillo, en buen tono. "¡Sube al autobús y ponlos pingando! Pagamos 35 euros y vosotros cobráis", decía un aficionado que estaba justo detrás. Christian aceptó las críticas e intentó apaciguar: "Nosotros también sufrimos, estamos todos en el mismo barco".

No serán las únicas protestas de la semana. El Requexón ya está "decorado" con pancartas, colocadas por Symmachiarii, de mensajes a los jugadores: "La paciencia se ha agotado".

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