Sangalli se llevó los focos. De forma merecida. Porfió, jugó con sentido, regateó y goleó. Vaya si goleó. De un excepcional golpeo a bote pronto hizo el 0-2 que marcaba un abismo entre el Extremadura y el Oviedo. Una distancia que ya se percibía en el terreno de juego. Fue el triunfo de un bloque liderado por el extremo. Fue también fue una victoria gremial, la de las cosas bien hechas. Y en esa labor oscura que no siempre se lleva el protagonismo destacó la labor de Luismi, capital en cada acción del juego.
El Extremadura planteaba un partido duro, una pelea por la salvación en la que Álex Alegría, espigado ariete local, se convertía en el destino de cada entrega por aire. El choque exigía concentración y acierto. Nadie como Luismi resumió ese espíritu sobre el Francisco de la Hera. El centrocampista lideró los números del Oviedo en pases acertados (46), recuperaciones (11) y duelos aéreos ganados (6). Influencia en ataque y en defensa. Buen resumen de su labor desde que llegara a Oviedo.
El centrocampista le ha dado al conjunto azul el salto de calidad que demandaba en el centro del campo. Su llegada fue la primera en anunciarse en el agitado mercado de invierno. Un fichaje "prioritario", como explicó Francesc Arnau, director deportivo, como colofón del mercado de invierno. El catalán culminó unas negociaciones en las que César Martín tuvo su influencia para lograr su llegada. Un fichaje de equipo. El fiel reflejo de lo que se ve jornada a jornada en el terreno de juego.
En Almendralejo, Luismi superó los 38 pases y las 8 recuperaciones de Sangalli y Tejera, otros dos de los destacados en cuanto a los números. También a los cinco duelos aéreos con los que se fue Carlos Hernández, un coloso por alto en la pelea con los arietes locales, del Francisco de la Hera. También mostró números destacados el andaluz en los duelos generales: ganó 10, solo superado por los 11 de Sangalli. O en acierto en los pases. Luismi firmó un 77,8% de envíos buenos, solo por detrás del 90,9% de Rodri y del 78,9% de Sangalli. En el buen tono general del equipo, Luismi puso su rúbrica. Fue en el escenario más temido por lo que podía acarrear una derrota.
Ziganda ha encontrado el equilibrio demandado en su equipo con varios cambios en su once en las tres jornadas que lleva al frente del Oviedo. Pero hay algo que no varía. El centro del campo de los azules está siempre sujetado por Luismi y Tejera, como pareja indiscutible en la medular. A Jimmy y Lolo, los otros pivotes (Cortina sigue en el parte de bajas) les toca esperar su oportunidad desde el banquillo.
