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Una familia descubre entre objetos antiguos un carnet del Oviedo de 1926

Rocío Ocejo halló el abono de su bisabuelo mientras hacía limpieza en pleno encierro l "Es el más antiguo que hay", dicen los historiadores

Una familia descubre entre objetos antiguos un carnet del Oviedo de 1926

El coronavirus llevó al confinamiento y el confinamiento al tedio. A Rocío Ocejo y su familia no se le ocurrió otra cosa mejor que hacer que una limpieza a fondo en casa. Ordenar, adecentar, revolver. Entre los objetos olvidados en un cajón, un cuadernillo rojo, gastado pero en buen estado. En la portada, la reproducción de un jugador golpeando la pelota y un título: Real Oviedo F. C. La sorpresa aumentaría al abrir el documento. Junto a la fotografía de un hombre con elegante boina y puro en mano, se explicaba que el protagonista, Baldomero Fernández, era el propietario de ese documento, un carnet del Oviedo, fechado el 19 de septiembre de 1926 o 1927: no queda muy claro el año. En todo caso, cerca, muy cerca, de la fecha de creación del club: 26 de marzo de 1926. De una forma casual, una consecuencia positiva del encierro provocado por el coronavirus, Rocío había dado con un documento histórico.

"Nunca he visto un carnet del Oviedo de antes de 1934. Y mira que he visto muchos", señala José Mangas, historiador del club azul y coleccionista empedernido. "En el museo hay carnets antiguos, pero ninguno de esa época", confirma Juan Mesa, comisario del club. El documento descansa en casa de los Ocejo Pérez-Abad, recluidos como el resto de la población mientras exista el riesgo de contagio.

Un detalle del carnet añade importancia a la historia. En la documentación se define a Baldomero como "empleado de esta sociedad". Es decir, uno de los primeros trabajadores que tuvo el Oviedo. Baldomero era el bisabuelo de Rocío y las referencias que tiene la familia son por lo que su abuela Enedina, ya fallecida, les contó.

"Sabemos de él que trabaja de conserje en un hospital que había donde los Carmelitas, en la parte superior del Parque San Francisco. Y creo recordar que mi abuela mencionó que había colaborado con el Oviedo". Pedro Muñiz Ocejo, primo de Rocío y bisnieto de Baldomero es el que hace memoria. La hipótesis más probable es que Baldomero hubiera ejercido como conserje o en una función similar en los primeros años de andadura del Oviedo, tras la fusión entre el Stadium y el Deportivo Oviedo.

En los añejos archivos de José Mangas no hay referencia alguna a Baldomero Fernández. "No aparece entre los empleados que inicialmente nombró el club en documentos de la época. Como encargado de material figura Barriguera y después le sustituyó 'el Chato'. Pero podría haber tenido otra labor, como cuidador el campo o ser parte del personal de acceso al estadio", señala el historiador. Sí tiene Mangas un documento en el que aparece una figura idéntica a la que ilustra el abono de 1926: un sello de la Sportiva Ovetense, club fundado por directivos y futbolistas que no cogió el Oviedo tras la fusión y que en 1941 pasó a llamarse Vetusta para convertirse en 1944 en el filial azul.

De Baldomero queda sobre todo el recuerdo de los relatos de su hija Enedina. "Mi abuela me contó en su día una anécdota interesante relacionada con el Oviedo. Ella nació en 1910 y con 16 años su padre, Baldomero, le envió a recoger un paquete a una joyería del centro", cuenta Pedro, oviedista desde la cuna: es el socio 664. En aquella misión le acompañó su prima, Emilia García Fernández, más conocida como La Pixarra, símbolo del oviedismo durante muchos años. "Después se enteraría de que el paquete contenía un escudo del Oviedo", completa. Al tratarse de 1926 puede que incluso fuera el primer escudo que se mandó fabricar del club azul. "No sabemos qué fue de aquel escudo", aclara Pedro. Mangas señala la joyería César López, en la calle Ramón y Cajal, como la posible encargada de aquel trabajo, ya que en su momento se encargaba del material del Oviedo.

La familia Ocejo Pérez-Abad se muestra sorprendida por la dimensión del descubrimiento y se debate entre donar el carnet al club o quedárselo como recuerdo de su antepasado. Mientras tanto, los historiadores Mesa y Mangas indagan sobre Baldomero Fernández con algunas limitaciones: en pleno confinamiento no se puede acceder a los archivos que el club guarda en su museo. Mientras tanto, el histórico carnet está a buen recaudo. "Nos ha alegrado el encierro", señala Rocío Ocejo.

El documento encontrado por Rocío Ocejo (en la imagen del centro con el abono en las manos) está datado en la temporada 1926/27. A la izquierda, el carnet con la foto y la documentación de Baldomero Fernández. A la derecha, el carnet más antiguo que tiene el historiador José Mangas en su amplia colección: data del año 1934.

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